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62 «... el Señor me dio hermanos» los que ejercitó en su ministerio sacerdotal. No se dan acontecimien– tos dignos de relieve, a no ser la muerte de su tío párroco, acaecida el 29 de septiembre de 1774 en Belfaux y un probable encuentro con san José Benito Labre, que pasó por Friburgo los años 1775-76. Al finalizar el segundo trienio de enseñanza, el padre Apolinar habría sido nombrado superior, según costumbre de la provincia ca– puchina, si él no hubiera pedido con solicitud permanecer súbdito. Así fue como se le envió de vicario a Sion, convento que acababa de erigirse aquel año 1780 junto con el convento de Saint-Maurice en prefectura apostólica, confiada a los capuchinos. Aquí pudo vol– ver a su actividad misionera en medio del pueblo, pero sólo por un año, ya que el 20 de agosto de 1781 era trasladado, también como vicario, al convento de Bulle. La bienaventuranza de los perseguidos Fue ésta la bienaventuranza que caracterizó la vida del padre Apolinar. La primera vez le sucedió en Romont. En el pleito de una causa civil, fue acusado de haber insinuado una denuncia con– tra un cierto Jorge Cordey que vivía entre los frailes en el convento. EL padre Apolinar, en cambio, había obrado exactamente en senti– do contrario, y la acusación fue desmentida por los más directamen– te interesados, que afirmaron que el padre Apolinar «era totalmente inocente de dicha culpa y que, más bien, era digno de alabanza por sus buenos consejos y sus virtuosas acciones». Esta iniciativa fue criticada por los religiosos, como una in– novación que perturbaba el ritmo de la vida conventual. Se con– centraron allí algunos seglares que veían con malos ojos que un fraile sirviera a un representante del gobierno, contra el cual poco antes se había levantado una insurrección popular, capitaneada por · Chenoux. Se llegó, incluso, a escribir y a difundir un folleto difa– matorio contra el padre Apolinar, que pidió a los superiores ser trasladado de Bulle, para calmar los ánimos en el convento y en el pueblo. Fue, entonces, enviado a Altdorf, en donde se encontraba de superior el padre Zürcher, que había sido su maestro en el noviciado.

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