BCCCAP00000000000000000000682

52 «... el Señor me dio hermanos» de su corazón llorando. Yo, en razón de mi oficio de sacristán, frecuentemente tenía ocasión de encontrarme con él que, con lágri– mas en los ojos, me abrazaba y me invitaba a hacer oración sobre la pasión de Cristo». Entre las devociones marianas, fray Félix tenía predilección por la de la Inmaculada y por la Virgen de los Dolores. Capuchinos ancianos relatan que fray Félix «tenía a su cuidado una capilla dedicada a la Concepción de la Virgen, situada en la mitad del dormitorio de este convento, y mantenía siempre adorna– do el altar y encendida una vela en su honor... Merced a la devo– ción a la Virgen Santísima realizó algunos milagros». «En las fiestas de la Inmaculada, podía observársele lleno de dulces afectos, que se exteriorizaban en su rostro risueño, jovial y radiante». «Todas las novenas de María santísima ayunaba, de rodillas en el refecto– rio, a pan y agua, lo mismo que los quince días anteriores a la Asunción». Teniendo, una vez, que pasar la noche en una majada con oca– sión de haber salido a la limosna, fray Félix «asistió a la recitación del rosario y de otras devociones que acostumbraban a hacer los pastores, observó que algunos de éstos medio dormían y otros co– rrían en los rezos, para terminar pronto. Entonces, les reprendió y les dijo que valía más rezar menos, pero con devoción y piedad, que mucho y mal». Amante de los dolores de María, fray Félix inculcaba a otros esta devoción. «Llevó ... sobre el pecho cerca de treinta años -es– cribe su confesor, el padre Macario- una estampa de la Virgen Do– lorosa». Pobre y humilde El padre Angel de Sperlinga vio siempre a fray Félix: «pobrísi– mo, vestido con una túnica vieja y remendada. Una vez que entró en su habitación... se encontró con que no tenía más que una cama compuesta de sarmientos de vid, una manta negra y vieja, y sobre ella dos estampas, una de Jesús crucificado y otra de la Virgen Ma– ría, una mesita y una banqueta para sentarse. Y nada más». Pobre con los pobres, en su celda conservaba: «una saca con los últimos instrumentos de su oficio de zapatero, para ejercitarse en favor de

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz