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362 « ... el Señor me dio hermanos» do de Lugar Nuevo de Fenollet, de 69 años, sastre y limosnero del convento de Orihuela, devotísimo de los santos nombres de Jesús y María. Apresado en casa de su hermana, fue asesinado con otros detenidos en el puerto de Benigánim. Después de una breve pausa en el trágico goteo, el 26 de septiem– bre de 1936 caía una nueva víctima, el padre Buenaventura de Puzol, de 39 años, del convento de Masamagrell, profesor que fue de filoso– fía, asesinado en el término de Gilet junto con su padre, un hermano y otros católicos del mismo pueblo. Todos fueron confortados con la absolución sacramental dada por el padre Buenaventura. Dos días después, y en circunstancias todavía más trágicas e inhumanas, moría el padre Santiago de Rafelbuñol, joven de apenas 27 años, doctor en teología y escritor, también del convento de Masamagrell. El comité rojo de Rafelbuñol, advertido desde Valencia de su apatía revolucio– naria, realizó un triste acto de coraje y en un solo día, el domingo 27 de septiembre, encerró en el mismo pueblo a unas 40 personas, entre las cuales ocho hermanos (seis varones y dos mujeres) del padre San– tiago. Este abandonó su escondrijo en los alrededores del pueblo y se presentó al comité para ofrecerse a cambio de la libertad de sus hermanos. El comité no sólo no aceptó su generoso y heroico ofreci– miento, sino que le agregó al grupo de prisioneros. En las primeras horas del día 29, el padre Santiago con sus hermanos y otros compañe– ros de prisión fueron llevados al cementerio de Masamagrell, donde los fusilaron por el solo delito de ser católicos. (Los otros prisioneros habían sido asesinados la noche anterior en Sagunto y Gilet). En la noche del día 28, los rojos de Puzol perpetraron un crimen bestial, ya que se trataba de un santo religioso de 80 años, fray Fidel de Puzol, hermano del convento de Valencia. Arrancado brutalmente de la casa de sus familiares, fue asesinado en el término de Sagunto. El 12 de octubre caía la víctima número doce del grupo capu– chino de la archidiócesis de Valencia, fray Pacífico de Valencia (o de Castellar), de 62 años, del convento de Masamagrell, desde don– de había ejercido el oficio de limosnero durante muchos años con gran edificación de todos. Sacado de la casa de su hermano, agri– cultor de la fértil huerta de Valencia, fue asesinado por los rojos; su cuerpo, con señales de muchos palos, fue extraído de un canal de riego por sus sobrinos.

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