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334 « ... el Señor me dio hermanos» la vocación corredentora y de la atracción ejercida por el padre Pío sobre su siglo. El momento más glorioso era, sin embargo, el de la santa misa. La celebración de la misa era para él un drama sufrido cotidia– namente, incluso él sentía un desconsuelo extremo cuando estaba impedido para celebrar la misa. A quien le preguntaba: «En la mi– sa, ¿morís también... por amor o por dolor?», el padre Pío respon– dió: «Más por amor». El padre Pío celebraba muy temprano, ordinariamente a las 4,30 de la mañana; la «clientela de todo el mundo» esperaba durante más de una hora en la puerta de la iglesia para conseguir los pues– tos más cercanos al altar y participar en la misa. En la porfía por participar de un modo directo en su misa, no faltaban malos modos para conseguir los primeros puestos, pero tales incorrecciones que hoy se tendrían sólo en acontecimientos po– líticos, económicos o deportivos, eran, como por fascinación, trans– feridos por el padre Pío a un «espectáculo de Dios», de amor dolo– roso como es la santa misa. Es un hecho que no es fácil explicar con los comunes argumentos humanos u ordinariamente eclesiales. Es cierto, sin embargo, que durante la misa del padre Pío se establecía concreta y visiblemente lo que Juan Pablo II ha llamado el «clima de la eucaristía». Y no cabe duda de que los centenares de miles de personas que han asistido a la misa del padre Pío han percibido en ella el vértice y la plenitud de su espiritualidad. Unido al Hijo por medio de la Madre El padre Pío murió estrechando entre sus manos la corona del rosario; no podía ser de otra manera porque la imagen del padre Pío vivo era inseparable de la corona del rosario: ésta formaba par– te, por así decirlo, de su misma estructura física. El rezo del rosario a la Virgen era como el tejido que unía los espacios que había vacíos entre confesar, decir misa, la vida de comunidad y las visitas. Podía parecer como algo mecánico para un observador extraño, pero era sólo el signo visible de una reali– dad mucho más profunda y maravillosa.

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