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292 « ... el Señor me dio hermanos» trozos de hábito o cordón cortado a hurtadillas, y tantas otras co– sas. A los frailes les ponían en no pocos aprietos pidiéndoles obje– tos relacionados con él. Ni faltaron sujetos de visión comercial. Un fotógrafo logró captarlo con su cámara y decía que por nada del mundo vendería el cliché. El problema surgió cuando esta fama llegó a sus oídos. Su buen humor le hacía salir airoso en ocasiones. Unos gitanos al verle va– dear un río, al grito de «padre santo», le llaman para indicarle un paso más fácil. Dirá sonriente: «El padre santo está en Roma». Otras veces corregirá: «Santos deberíamos ser todos, roguemos al Señor para que nos lo conceda», o «Santo, el hábito que visto; yo soy un gran pecador». Todo esto le contrariaba, así que huía como del mismo diablo de ciertas mujeres de piedad indiscreta. Lle– gaba incluso al convento preguntando por el hermano santo. Esto le horrorizaba. Protestaría: «Soy un gran pecador. Estoy engañando a la gente». Un mordaz sacerdote de la comunidad le espetó: «Usted está creído que es un santo porque se lo dicen por ahí; como si no le conociéramos». Su respuesta no pudo ser más edificante: «Dios se lo pague, padre; pida por mí que me hace mucha falta». Pero aquella alusión le llegó al alma. Me lo refirió su confesor, fallecido ya el siervo de Dios. Con lágrimas en los ojos, se dolía de que por su falta de humildad y virtud hubiera podido engañar a la gente hasta el extremo de que lo creyeran santo. «Padre, -confesaba desolado- ¿cómo me voy a creer yo santo? Si sabré yo lo que soy, padre, si sabré yo lo que soy». Tres años para la contemplación En la tarde del 9 de febrero de 1953 dio su última lección de mendigo por Dios. Bajaba las escaleras de una casa: «Yo iba seguro - dijo confidencialmente- y parece que el enemigo me empujó» (Adviértese que conservó su lucidez mental hasta su agonía, a los 91 años). Diagnóstico: «Fractura transtrocanrerea de fémur. Varios meses en la inmovilidad del lecho, más una pulmonía y trastornos digestivos. El suceso apareció en la prensa con foto incluida: «El

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