BCCCAP00000000000000000000682
260 «... el Señor me dio hermanos» Los terciarios capuchinos La idea de crear, además, una congregación masculina partien– do de la tercera orden franciscana, le surgió igualmente con motivo del cólera morbo de 1885. Planeaba completar la obra ya hecha -escribe- «con la fundación de una Congregación de Religiosos Terciarios que se dedicasen en los penales al cuidado y moralización de los presos» bajo el espíritu capuchino. Esta idea iba unida a su ardiente caridad, a los deseos de aplacar la justicia divina, de aplicar la redención de Cristo y de dilatar el espíritu de la tercera orden de penitencia. El germen de ese proyecto, como del de las hermanas, debía, sin embargo, haber brotado en su espíritu con bastante anteriori– dad, de ser cierto que, apenas ordenado sacerdote, se despedía de los presos de Santoña exclamando: «Y esto que hemos hecho noso– tros, ¿no se podría continuar haciendo por otros?». Aunque comen– zó a componer las constituciones de la misma en los días del cólera, se dio cuenta pronto de que una obra de tal envergadura requería mucha oración, meditación, consulta y tranquilidad de espíritu, cli– ma difícil en aquellos momentos. El plan de dedicarse a la instrucción y moralización de los pe– nados cayó en gracia a muchos jóvenes, que acudían pidiendo ser admitidos en la nueva congregación, aun antes de que el padre Luis diese publicidad a su proyecto. Entre los aspirantes se contaban va– rios sacerdotes y algún joven de elevada posición. El prístino anhelo del padre Luis relativo a la cartuja, pudo realizarse de algún modo ahora, pues la dueña del edificio de la del Puig les cedió gratuitamente su uso. A comienzos de 1889 tenía ultimada la redacción de las constituciones y fijado, como día inau– gural, el de la Virgen de los Dolores, abogada y titular de la con– gregación masculina, como la Sagrada Familia lo era de la f emeni– na. El padre Bernardo de Andermatt, superior general de la Orden capuchina, aprobó lo hecho por el padre Luis por carta del 31 de enero. Durante la misa del día de la Candelaria puso éste las consti– tuciones en las manos de una estatua de la Dolorosa y con ello, la existencia de la nueva fundación.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz