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228 «... el Señor me dio hermanos» la llama del amor. Se para, palidece, se queda sin voz. Lo trasladan a Bérgamo donde hay algunas habitaciones dispuestas como enfer– mería para los religiosos. Estamos en los días que preceden a la Navidad de 1899. Los religiosos comienzan la peregrinación al lecho desde el cual el padre Inocencio continúa en silencio la predicación de los ejercicios espirituales con su «muda palabra de amor». «Pi– dió y recibió con indecible fervor los últimos sacramentos; él mismo recitó las oraciones de los moribundos con rostro sereno y risueño. Antes había pedido quedar a solas con Dios; reunió las últimas fuerzas que le quedaban y se levantó de la cama; se arrastró hacia una tribuna que daba a la iglesia distante unos sesenta pasos, saludó una vez más a Jesús sacramentado y regresó a su celda para acos– tarse. Pasados algunos minutos, asistido del padre Michelángelo, mien– tras la fraternidad dormía, algo después de la media noche, en la madrugada del 3 de marzo de 1890, tras dos meses de enfermedad, con toda placidez, entregó su alma a Dios». Pronto acuden los sacerdotes y los admiradores del valle de Ca– mónica y en general todo el pueblo. Entre todos consiguen que su cuerpo sea trasladado a Berzo en septiembre del mismo año. El 12 de noviembre de 1961 el papa Juan XXIII lo proclamó beato. «Un santo moderno, un santo apropiado para nuestro tiempo» lo define el papa. Es verdad. Pero para comprenderlo en toda su profundidad, es necesario fijarse en la fisonomía espiritual del beato Inocencio; es necesario leer sus escritos y escuchar los primeros tes– timonios que tienen el sabor de la frescura y no acercarse a su san– tidad original y sobresaliente con esquemas estereotipados. Tal vez entonces descubriremos por encima del encasillamiento de una agio– grafía un poco superficial, la solidez de su espiritualidad. NOTA BIBLIOGRAFICA Para conocer la figura del beato Inocencia es fundamental la obra de Gianmaria da Spirano, Beato lnnocenzo da Berza Sacerdote Cappucci– no, Milano 1961, con una bibliografía completa. Aquí proponemos sólo algunas indicaciones.

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