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San Conrado de Parzham El portero de la Providencia Constancio Cargnoni La figura de san Conrado de Parzham, observaba Pío XI el 13 de mayo de 1934 hablando a casi seiscientos capuchinos, «se presenta como broche del Año Santo de la Redención, tan abundan– te en oración y en gracia, tan rico en solemnes exaltaciones de santi– dad. Es tan hermoso que se podría pensar en una maniobra prepa– rada y tal vez los futuros historiadores afirmen que todo ha sido combinado por una mano muy poderosa». La santidad quema etapas Realmente queda uno sorprendido por la velocidad y facilidad con que el humilde portero capuchino de Altotting recorre el cami– no de su canonización. Una «combinación» verdaderamente impre– vista. El mismo postulador general, padre Rafael de Valdefenera, acostumbrado a muy distinto ritmo en los procesos, se maravillaba: «La presente causa se termina hoy (5 de junio de 1930) solamente seis años después de su introducción. Es un acontecimiento único en los anales de la sagrada congregación de ritos; igualmente es una novedad que una causa de beatificación la concluya el mismo sumo pontífice que la introdujo. Esta rapidez por necesidad tiene que ma– ravillar a los que conocen el trabajo arduo y complejo del proceso jurídico». Efectivamente, la causa se desenvolvió sin raras excepciones y superó rápidamente las más rigurosas discusiones. Todo parece es-