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ORIEN1'ACION DOCTRINAL DE LOS ES'l'UDIOS DE Lr)S CAPUCHINOS 69 una obra astronómica -:rpatemática que aún hoy día es la ádmira– ción de los sabios (47). Tampoco la filología, merced al métod,o dialéctico aristotélico, en– contraba un puesto en las escuelas superiores. Sin embargo, los maes– tros de la escuela minorítica de Oxford afirman insistentemente y con razón que sin el griego y el hebreo no se puede realizar un trabajo científico de teología bíblica (48). Precisamente en los si– glos XIV·y XV el punto fuerte del humanismo frente a la escolástica, radicaba en el estudio de las lenguas. Añádase a esto que con el descubrimiento del nuevo mundo se abría una nueva época inte.rna– cional para la evangelización. Por esto Paulo V, a fin de favorecer el estudio de la santa Escritura, ordenaba en 1610 que se enseñara el hebreo, el griego y el latín en los conventos de estudios de todas las Ordenes, y que en los estudios. principales se enseñase con miras a las Misiones, el árabe. Pero fueron tantas las dificultades que se presentaron, que la Sagrada Congregación dt:: Propaganda declaró en 1625 que cada una de las Ordenes pusiera si no en todos, al menos en muchos, estudios superiores de filosofía y teología, cursos de las lenguas sobredichas, y donde fuera• posible otros cursos de lengua servia y griega moderna (49). Esta prescripción fue comunicada a la::; diversas provincias por la Curia generalicia de la Orden (50), pero no debió tener resultado alguno. Al menos en los actos capitulares no hay indicios de que los superiores hayan insistido en su ejecución, y en los escritos de nuestros religiosos nada se dice de que se haya realizado. Lo que sabemos es que san Lorenzo d_e Brindis (t 1619) antes de dicha prescripción ecl1¡:siástica, poseía un conocimiento extraordi– nario, casi milagroso, de las lenguas. Además del alemán, francés, italiano, español y latín, dominaba el griego, el caldeo, el siriaco y empleaba el hebreo con tal perfección que los judíos lo consideraban como uno de los suyos (51). · (47i Oculus Enoch et Eliae sive Radius Sidereomysticus Pianetarum varios motus solo excentrico tradens. Antwerpie, 1643-1645, dos volúmenes en folio. DroN. GEN., dice de él: «Multum excelluit in mathematicis: ea de re posteris dedit opus novissimum, quod revera Archimedi in mechanicis, ac Ptolomaeo in astronomicis gloriam omnino praeripit». (48) FELDER, O. C., 410. (49) La Constitución de Paulo V «Apostolicae servitutis onere» y el Decreto «Quoniam impossibile» de la S. Congregación de Propaganda se contienen en Bulla– rium Capucen., VI 360 s. (50) La Constitución de Paulo V se encuentra en el Archivo provincial de Lucerna con la signatura 5 D. l. . . (51) Pueden verse ejemplos de esta erudición lingüística de S. Lorenzo en los manuscritos del mismo. Se han publicado ya las obras .completas de S·. Lorenzo en una edición impecable de los capuchinos de la provincia de Venecia. Los ca– puchinos de París dirigían en el siglp XVIII, una excelente escuela de :filología. Clemente XIII la protegió p~rsonalmente y la alentó con su Bula «Cum Scriptura omnisll, del 18 de agosto de: 1760.. Cfr.. Bun. Capuc. VIII, 304-306. Cfr. Etudes Fran– ciscaines (t. VIII, 1902, pág. 448-471).

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