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CULMINACIÓN DE LA •.ORGANIZAClON DÉ LOS ESTUDIOS 55 al pueblo (51). Todas las provincias se atuvieron a esta orden, menos la provincia suiza, que por causas especiales, como lo veremos, ejer– citó siempre, y en todas partes, el ministerio del confesonario. Así las cosas, los seglares, ansiosos de confesarse con los Capuchi– nos, obtienen del Papa Clemente VIII, en 1603, la revocación de esta prohibición, de modo que en adelante el definitorio general, de capí~ tulo en capítulo, podrá autorizar a los confesores aprobados en la Orden a oír las confesiones de los fieles (52). Pero la Orden se opuso todo el tiempo que le fue posible. Todavía en 1621 Suiza es la única provincia que ejercitaba el ministerio de la penitencia entre el pue– blo (53. Poco después, a causa de las reclamaciones e instancias cur– sadas a la Santa Sede, este ministerio fue extendido a algunas pro– vincias, como lo testifica con amargura el capítulo general de 1633 (54). No es nuestro propósito ocuparnos del desarrollo ulterior de este ministerio. Nos interesa mucho más las prescripciones orde– nadas· por la Orden para la formación de los confesores. El capítulo general de 1618 prescribió: «Ordenamos que en tres o cuatro conventos de cada provincia se tengan, tres veces a la semana y en todas las fiestas, conferencias sobre casos de conciencia dadas por algunos Padres idóneos designados por el definitorio, debiendo asistir a ellos todos los sacerdotes y clérigos que estuvieren en dichos conventos)). Aquí se trata de los confesores actuales o futuros de los religiosos (55) de nuestros conventos, porque en este tiempo no s.e confesaba, si no es en Suiza, a los seglares. Lo que nos llama la atención es que aquí el capítulo general se ocupa detalladamente de los estudiantes de filosofía y teología; después pasa a reglamentar la cuesti_ón de las sepulturas (56) y únicamente entonces trata de las lecciones de casos. Es evidente que aquí no se habla de los estudiantes, sino de los «sacerdotes simpliceS)) y de los clérigos que no comenzaron los (51) Bula «Decet Seraphicam» del 1 de junio de 1590; Bullar. Capuc., I. 44 s. (52) Bula «Alias» del 3 de febrero, de 1603; Bullar. Capuc,, I, 49 s. (53) En las ordenaciones destinadas a la provincia suiza, el general Clemente de Noto, dice: «Congregatio nostra ubique, hac Provincia excepta, por puriori sui ipsius conservatione ab eo (sacramento poenitentiae) administrando censuit absti– nere» (St. Fidetis-Glocklein, II, Luzer, 1913-14, n. 13)). Como el genera1 de ](a Orden no podía impedir a la provincia el oir confesiones de los seglares, reco– mienda al menos que no se designen sino los confesores estrictamente ne,cesarios: «Nec vero plus quam oporteat confessarii eligantur». (54) Essendo gia da'Predecessori nostri, per i molti ricorsi fatti alla Santa Sede Apostolica e cause e rispetti urgenti, stato concesso ad alcune Provincie di poter deputare alcuni de'notri Sacerdoti ad udire le confessioni di persone secolari...» Capit. 1633, 9; Anal .., VI, 138. (55) «Ordiniamo strettamente che in tre o quatro luoghi di ciasch'una Provin– cia si legano casi di co,scienza tre volte al meno la settimana, et tute le feste, da alcuni Padri idonei, che saranno deputati dalla Diffinitione; alla quale lettione convengano tutti i Sacerdoti e Cherici, che si troveranno in detti luoghi» Capit. t616, 6; Anal., V, 301. (56) L. c., 4 y 5.

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