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ttiLMINACibN DE LA {JRGANIZACION bE Los ESTUDIOS Con el correr de los años se detallaron y especificaron más algu– nos puntos. Se determinó, ante todo, que ningún estudiante sea ad– mitido al examen de predicador si antes no ha terminado el curso completo de los estudios (44) a saber, tres años enteros de filosofía y cuatro de teología (45). Los lectores, en la solicitud dirigida al P. general, debían certificar con juramento que los estudiantes habían estudiado síete años completos y aprendido las materias necesarias de la lógica, de la filosofía y de la teología (46). Al emitir el juicio sobre la capacidad intelectual del estudiante, se dará la máxima importancia a la nota media que haya logrado en sus años de estudio; la materia del examen se limitará a un nú– mero restringido de conocimientos adquiridos. Los examinadores pro– pondrán a cada candidato una cuestión o un artículo tomado de cada uno de los cuatro libros de las Sentencias, o algunas cuestiones rela,.– tivas a las principales materias, concediéndole un tiempo prudencial para prepararse. Después le interrogarán sobre la tesis del examen, y a continuación le formularán objeciones y pruebas en contrario para cerciorarse si el futuro predicador será capaz, cuando la ocasión s~ presente, de defender de los ataques la doctrina teológica que pro– fesa (47). Vemos, pues, que con este medio se trataba de averiguar la formación teológica del examinando. No se ajustaban a una norma fija, rígida y absoluta, sino que se tenían en cuenta las condiciones y aptitudes de cada uno y las ocupaciones en que podría emplearse más tarde. El capítulo de 1618 lo expresa claramen.te: «La suficiencia de la que los lectores han de certificar con juramento, no se ha de medir de un modo uniforme, sino que admite cierta amplitud moral más o menos. No es necesario certificar que todos los estudiantes han alcanzado el mismo grado de capacidad, y que son aptos todos para ser lectores eminentes, o para predicar en los púlpitos más cé– lebres; basta que todos conozcan suficientemente las artes y la teolo– gía y sepan dar razón de su doctrina, y puedan, sin temor, dedicarse (44) «Che ne i Padri delle Provincie (los definidores) ne i Lettori domandino l'ubedienza della Predica per li studienti, sinche non havran finito tutto il co,rso della Teología». Capit. 1608, VIII; Anal., V, 249. (45) «:Alli Studenti non si diano Obbedienze della Predica, se non haverano stu– diato sett'anni compiti, benche i Lettori non predicassero, et attendessero a leg– gere nel tempo della Quadragessima». Capit. 1625, 10; Anal., VI, 70. (46) «Li Padri Lettori farano fede giurata a parte che Oi Studenti) habbiano studiato sett'anni compiti, e sentite tutte la materie necessarie di Logica, Filo– sofía e Teología; senza le quali fede i 1 P. Generale non dará loro l'obbedienza del– la Predica». Capit. 1637, 29; Anai., VI, 173. (47) . «n modo de esaminarli poi será che detti Esarninatori propongano a cias– cuno Studente in questione o articolo sopra ciascuno delibri delle Sentenze 0 materie principali, assegnandoli tempo conveniente da poterle studiare: e sopra di quelle questioni s'esamini prima, acció si veda se lo Studente ne ha competente informatione, poseía se li faccia qualche oppositione o argomento in contrario, affin. ché si scuopra se all'ocorrenze sará bastevole a diffendere la dottrina che professa della sacra Teología». Capit. 1633, 21; Anal., VI, 140.

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