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CULMINACJON DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTUDIOS 43 de lectura elemental, en forma de diálogos, semejantes a nuestros manuales de conversación para los viajes; que contenían fábulas, sen– tencias y poesías muy fáciles de leer y aprender. La tercera se servía de gramáticas completas y de diccionarios. Como libro de lectura era preferido el Doctrinale puerorum del franciscano Alejandro de Villedieu (1250), manual clásico que se abrió paso durante siglos, y que aún hoy día se nota su infiuencia en las gramáticas modernas, a pesar de la guerra que le declararon los humanistas y de la palabra grosera de Lutero al motejarlo de «estiércol de asno)) (8). El día después de su profesión, el joven capuchino podía sin más comenzar el estudio de la teología, es decir, leer y comentar la Es– critura, cosa que hoy nos asombra y maravilla, pero que en la edad media y al principio de la edad moderna era cosa muy natural. Ya en el siglo XIII los novicios clérigos de las ((Ordenes que estudiabam> los dominicos y los franciscanos, no tenían generalmente otra instruc– ción que la gramática para pasar inmediatamente del noviciado al estudio de la teología (9). Algo más tarde, bast.aba haber terminado el estudio preparatorio de la gramática para ser matriculado en las Universidades, tanto para las artes liberales como para la teología (10). El concilio de Trento no exige más que el conocimiento preliminar de la gramática para comenzar el estudio de la lectio sacrae Scripturae. También, según nuestras Constituciones de 1536, se pasaba inmediatamente de la «gramática positiva)) al estudio de la santa Escritura. Pero a partir de 1575 se verificó un cambio sustancial. Ha– biendo prescrito las Co11stituciones el estudio de la teología escolás– tica, éste no se puede llevar a cabo sin el estudio preliminar de la filosofía. Pero pasar brµscamente, después del año del noviciado, a los estudios profanos parecía a nuestros Padres cosa peligrosa; paso que los franciscanos rígidos consideraron siempre como un escollo para los jóvenes profesos. Los Espirituales reprochaban a la Comunidad el que pusieran a los frailes después del noviciado, al estudio de la filosofía, ocupán– dolos en cuestiones ociosas y estériles ( 11). Por esto las Constituciones de 1575, como hemos dicho anteriormente, ordenan que los jóvenes (8) Cfr. Mis explicaciones en Geschichte der wissenschaftiichen Studien, 349, 421-423. , . (9) o. c., 334. (10) Cfr. PAULSEN. Geschichte des gelehrten Unterrichts auf den de.utschen Schu 0 len und Universitaten von Ausgang des. Mittelalters bis zur Gegenwart. Leizig, 1885, 17. (11) «... Huiusmodi fratres ut plurimum statim pqst novitiatum mittuntur ad studia philosophiae et postmodum in quaestionibus curiosis et studiis aridis occu– pantur». Hubertino de Casal, Rotulus, ed. Ehrle, Archiv. fur Literaturund Kirchen– geschichte, I1I, 118, lin. 18.

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