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42 CULMINACIÓN DE LA ORGAN!ZACION DE tos ES1'UDÍOS No es de ninguna utilidad, bajo el punto de vista cronológico y ana– lítico, la enumeración de las prescripciones capitulares. Pero sí que vamos a poner ante la vista del lector no el corte longitudinal, sino el transversal, es decir, un esquema que nos proporcione, en éuanto sea posible una idea de la formación intelectual de entonces, desde la entrada en el noviciado hasta el fin de los estudios. Las cualidades físicas y morales, requeridas para la admisión de los novicios, habían sido determinadas, con exquisita prudencia, por las Constituciones de 1575 (2) y completadas por los capítulos gene– rales posteriores (3). En el aspecto intelectual se requería en el can– didato, mente sana (4). Si deseaba entrar como clérigo, debía, según las prescripciones de la Regla, saber leer y escribir (5). Durante el noviciado era natural que el estudio se dejase a un lado, pero con el Breviario en la mano debía ejercitarse en la lectura y en el conoci– miento del latín. Si al fin del noviciado no era capaz de recitar por sí solo el oficio; no podía ser admitido como clérigo a la profesión,· sino como hermano lego (6). Y como la mayor parte de los novicios clérigos traían este bagaje mínimo de instrucción, las Constituciones se veían obligadas a esta– blecer estudios de «gramática positiva». El capítulo de 1643 deja entrever que algunos neo-profesos no la conocían suficientemente (7). Sin embargo estaba vigente la disposición de que los clérigos co– menzaran sus estudios en la Orden con la lógica. Debían, pues, saber la gramática, y haber frecuentado, antes de entrar en la Orden, alguna escuela elemental. Esta se limitaba exclusivamente al estudio del latín, aun cuando el maestro podía dar algunas clases de lógica o de retórica. Los alumnos se hallaban divididos en tres categorías: la primera, la de los pequeños que aprendían a leer y escribir; la segunda, la de los que trataban de asimilarse los primeros elementos de la gramática; la tercera, la de los alumnos más adelantados. La denominación de las categorías provenía de los libros empleados por los alumnos: ta– buListas, donatistas, alejandristas. El manual de los primeros era la «Tabla» un abecedario con las letras y trozos selectos latinos, el Credo, el Padre Nuestro y algunas oraciones; su fin principal era poder leer el Salterio,· el libro ordinario de las oraciones de la gente culta de la edad media. La clase media se ocupaba del estudio de las formas gramaticales latinas, utilizando la gramática elemental con preguntas y respuestas, llamada de Donato, o valiéndose de libritos (2) Le prime Costituzioni, · 42-44. (3) Capit. 1637, 54; 1643, 35; Analecta, VI, 177,.. 237. (4) «Che sia sano di mente». Le prime Costituzioni, 42. (5) «Et non curent nescientes litteras, litteras discere». Regula, II, c. 10. (6) «Ne sia ricevuto per chierico a professione alcun Novitio, se non saprá dire per se stesso l'ufficio». Le prime Costituzioni, 46. (7) Anal., VI, 234, 21.

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