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fue obediente hasta la muerte por sal– var al mundo. La plena dedicación a Dios, "su– mo bien" (AlHor 10), y el servicio a los hombres requieren que los se– guidores de Francisco sepan apreciar y practicar la castidad del propio es– tado (cfr EP 86), la cual hace libre el corazón y amplía hasta el infinito las dimensiones del amor. Huyendo de cualquier forma de egoísmo y su– blimando también las sanas instan– cias de las inclinaciones naturales, los franciscanos se enciendan tanto más en caridad. Además, tanto mejor dan testimonio de su fe en los bienes de la vida futura y llegan a ser un avi– so saludable para todos aquellos que se afanan por seguir fantasmas de fe– licidad terrena. - En medio de una sociedad a me– nudo lacerada por discordias a nivel familiar, nacional e internacional -sea por la real dificultad de conci– liar las profundas divergencias de opi– nión y de cultura, sea sobre todo, por una incurable codicia de acapa– rar bienes temporales- los francis– canos deben manifestar en medida eminente el amor recíproco en el es– píritu evangélico. Resuena amonesta– dora la palabra de Jesús: "en esto conocerán todos que sois mis discípu– los, si mostráis amor los unos por los otros" (Jn 13,35). El estilo de vida de los franciscanos, llamados por Dios a vivir juntos en el amor sobrenatural - 59 - amor recíproco y colaboración
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