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Siguiendo el ejemplo del Seráfico Padre, nuestra acción evangelizadora se orienta en tres direcciones prin– cipales: l. Lo que podemos o debemos ha– cer por el Señpr y por la Iglesia ; 2. Lo que podemos o debemos ha– cer por el hombre; 3. Lo que podemos o debemos ha– cer por el mundo. creado. l. Qué debemos hacer por el Señor y por la Iglesia. Un diagnóstco, aun sin ser pro– fundo, de nuestra época, nos revela algunos componentes problemáticos que parecen caracterizarla y que mientras denuncian dos aspectos ne– gativos, hacen entrever la esperanza de un nuevo amanecer para el espí– ritu humano en sus relaciones con Dios. a) El fenómeno de la seculariza– ción, que perrnea la cultura actual, con su ambivalencia, puede condu– cir a formas de ateísmo (cfr El 160), porque atenúa el sentido de lo sagra- - 39 - signos de los tiempos en clave religiosa: