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sar a un leproso indicaba que uno estaba ya "en la penitencia" (cfr. Test 1-4). En los saced.otes, en fin, Fran– cisco ve al Hijo de Dios y a los mi– nistros que sirven en este mundo la eucaristía, porque sólo ellos consa– gran el cuerpo y la sangre de Cristo (Test 10-12), poniendo al Hijo de Dios humanado y viviente a disposición de los hermanos hasta la consumación de los siglos. Conociendo por experiencia perso– nal e inmediata la sociedad de su tiempo, dilacera® tanto sobre el as– pecto social coITD el político, Fran– cisco de Asís trajo a la Iglesia una renovada sensibilidad hacia el hom– bre y sus problemas, apuntando hacia la eliminación de aquellos males que comprometían la convivencia huma– na y agravaban los sufrimientos. El soñó siempre con una orden religio– sa que fuese la imagen menos imper– fecta posible de una iglesia pobre y atenta a los pobres. De hecho sólo quien esté desembarazado de las ri– quezas y de las rémoras del egoísmo puede comprender las necesidades de los que menos tienen y reconocer los derechos de los pobres. En las intencicnes de Francisco de Asís la pobreza, personal y de toda la orden, más bien ::iue significar caren– cia, debía indica::- y ser efectivamen– te participación o comunicación de bienes y medios de vida con los de– más, sobre todo, con los últimos de - 27- sensibilidad social y solidaridad humana, fruto de la pobreza
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