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El tema de la :formación es trascendental para la vida religiosa. La adecuada renovación de los Institutos depende, en grado máximo, de la for– mación de sus miembros, según afirma el decreto Perfectae caritatis, número 18. De la buena for– mación de los Hermanos depende también la comprensión correcta de la evolución cultural y trasformación social de la que todos somos actores y testigos a un mismo tiempo. Una bue– na formación ayuda también a vivir méj or el carisma franciscano-capuchino, su actualización y su adaptación a las necesidades y signos de los tiempos. Sobre el tema de la formación, como respuesta de constante fidelidad al Espí– ritu del Señor, ha publicado una carta el Padre General de la Orden que lleva fecha de 15 de agosto de 1977, cuya lectura y reflexión enca– recemos calurosamente a los Hermanos. El motivo y origen, pues, de este nuestro saludo y escrito, no es otro que responder a una de las más graves preocupaciones de nues– tro deber pastoral, la formación de todos los Hermanos para vivir mejor el carisma francis– cano-capuchino, y daros cuenta de los resulta– dos de las intensas jornadas de reflexión y diá– logo, tenidas recientemente en Granada, por los Definitorios y Prefectos de Formación de las seis provincias capuchinas que componen la Conferencia Ibérica de Capuchinos. 7