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dad la formación sobre el ideal franciscano, fun– damento de la unidad de la Orden. La ignoran– cia y ligereza de ánimo en considerar el carisma que debe determinar nuestro pensar, nuestro querer y nuestro sentir, puede destruir nuestra unidad, nuestra identidad, ya que el futuro nos exigirá ser franciscano-capuchinos por una op– ción vital renovada. 9. LAS FRATERNIDADES LOCALES, CORRESPONSABLES EN LA TAREA DE LA FORMACION FRANCISCANA DE LOS HERMANOS La historia de los años precedentes ~s la de la celebración de una cadena continua de capí– tulos generales y provinciales de renovación, consejos plenarios y otras reuniones de grupos, cursos y semanas a nivel interprovincial e in– terobediencial, todo lo cual delata un esfuerzo ingente para adquirir esa formación francisca– na, intelectual y vivencia!, necesaria para la con– versión sincera de todos los Hermanos hacia la realización de la vida religioso-franciscano-ca– puchina. Pedimos que las fraternidades locales sigan siendo pioneras y primeras promotoras, corres– ponsables en esta tarea de la formación fran– ciscana de todos los Hermanos. Porque la fra– ternidad es la más inmediata ayuda a los indi- 18