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la vida religiosa laica!, hacen difícil la existencia de esos centros propios o seminarios mayores donde impartir la formación integral. Por ello y con miras a suplir la deficiencias de formación y vida franciscano-capuchina durante los años de estudios cursados en centros extraños a la Orden, se ha pensado en la organización de unos tiempos fuertes de profundización de los aspi.– rantes en la formación y práctica de la vida franciscano-capuchina mediante la planificación de unos cursos, en verano y a nivel interprovin– cial, en los que, de forma progresiva y sistemá– tica, se impartan las ense.ñanzas del francisca– nismo y se ayude a vivir las exigencias del mis. mo. Esto no obsta para que educadores y alum'– nos profundicen el tema de la formación y vivencia del franciscanismo durante el año es– colar. 6. LA FORMACION PERMANENTE, PRESUPUESTO NECESARIO PARA LA . SOLIDEZ DE LA PROPIA VOCACION La formación es un deber que no termina. Consiste en un continuo esfuerzo por mantener fresca la vocación y vivencia del propio ideal y por elevar el nivel intelectual de los conoci.– mientos exigidos :;,ara el servicio actualizado de la Iglesia y Fraternidad. Y si siempre ha sido necesario continuar en la reflexión y madura– ción de la propia vocación, .en los estudios teo • 13