BCCCAP00000000000000000000673

hermanos, constituye con el don del Espíritu -continúa el Concilio - una nueva comunidad fraterna entre todos los que con fe y caridad le reciben ... Esta solidaridad de– be aumentar siempre hasta aquel día en que llegue su con– sumación» (núm. 32). Nos recuerdan nuestras Constitu– ciones que «por divina inspiración, Francisco fundó una forma de vida evangélica que llamó fraternidad» (núm. 83, 5), basada en hermanos que viven juntos en la caridad. Fieles a nuestra vocación debemos construir una verda– dera comunión fraterna y cooperar así a la promoción de una familia auténticamente humana en la Iglesia y en el . mundo. Por eso, creemos que el testimonio profético de la fra- t ternidad vivida constituye el centro de nuestra evangeli- l zación. Sobre·todo, es un servicio de «Paz y Bien», en el ! signo de la confianza y la esperanza. La realidad del mundo, de la Iglesia y de la Orden nos recuerdan el plan de Dios; esto nos impulsa a ser proféti– camente coherentes con el don y compromiso de la fra– ternidad, que nos cualifica como franciscanos. 22. En este sentido, _la fuerza profética de nuestra Ejemplo de presencia y actividad en medio del mundo y del Pueblo san Francisco de Dios debe encontrar su inspiración en el ejemplo de san Francisco que «amando a Dios y a todos los hombres, y aun a todas las criaturas, se hace amigo y hermano uni- versal» (Const. 169,2). c) Indicaciones operativas 23. Conscientes de que debemos pasar de las teo– rías a la acción concreta, insistimos en que toda nuestra formación debe implicar un proceso de concientización y conversión continua, tanto personal como comunitaria, con el fin de promover una mayor fraternidad entre noso– tros y con todos los hombres. En concreto, subrayamos los siguientes momentos claves de la vida fraterna cotidiana: 21 Promoción de la vida fraterna

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz