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APENDICE NOTA: Esta Crónica está redactada por la Srta. Laura Noemí Partida, Presidenta de las Agregadas de las Capuchinas Misioneras . CONGREGACION DE CAPUGIINAS MISIONERAS CRONICA DE LA FUNDACION EN LA REPUBLICA MEXICANA 1978-1984 CRONICA DE LA FUNDACION DE LA CONGREGACION DE CAPUCHINAS MISIONERAS EN MEXICO Corría el año de 1978, cuando un Capuchino originario de la Madre Patria de nombre Fray Emilio Lozano Mateos, visitó nuestro P:ds, llegan_do a la ciudad de México con una esperanza: fundar la congregación de Capuchi– nas Misioneras, ya que era un motivo de preocupación el reducido número de profesas que en ese tiempo contaba la residencia oficial de la congregación ubicada en Santander, España; la ciudad de México, D.F. no ofreció al Capuchino las oportunidades buscadas y en cambío recibe una invitación a Guadalajara, Jalisco, a colaborar en la casa del Buen Samaritano, A.C., localizada en Pino Suárez No. 666, obra dedicada a ofrecer albergue y ali– mentación a personas , incluso familias desamparadas, enfermas y de escasos recursos y cuyo fundador el Rvdo. Guillermo Mariscal, personalmente soli– citaba a Fray Emilio Lozano, unas religiosas que atendieran en todas sus necesidades la Casa del Buen Samaritano; dadas las carencias de profesas en Santander, España, de entre ellas, una valiente Religiosa de nombre Sor María Pilar García Díaz, se decidió a dejar su País y familia para emprender sola aquella gran experiencia y efectivamente, haciendo honor a su nombre llegó a ser el pilar de la congregación en México de las Capuchinas Misioneras desde 1979; con esta decisión habrían de cumplirse dos objetivos, el primero, trabajar con los necesitados y el segundo, la búsqueda de vocaciones; con estos antecedentes , iniciamos el relato de las primeras experiencias en el logro de los objetivos que señalamos : AJ\1O 1979: PRIMEROS CONTACTOS. Durante los primeros meses de este año comienzan a visitar la Casa del Buen Samaritano dos jóvenes que conociendo la obra a través de Sor María del Pilar García Díaz, empiezan a mostrar interés por la misma, ellas son: la señorita María Concepción Paredes Arciga y Laura Noemí Partida Betan– court, quienes inician el apostolado en la casa del Buen Samaritano, brin– dando un poco de apoyo a la causa. Pronto llega el verano de 1979 y es ahí donde tuvimos la grata oportu– nidad de convivir con el Padre Emilio Lozano Mateos, a quien de antemano sentíamos conocer a través de los comentarios que sobre los· objetivos del Capuchino escuchábamos de parte de Sor Pilar. 55
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