BCCCAP00000000000000000000672
CAPITULO VIII LA RESIDENCIA DE ANCIANOS DE LOS CORRALES DE BUELNA, LA CONCHA La vocación de asistencia a los Mayores o a los de la Tercera Edad , como se dice ahora, nació al mismo tiempo que la Congregación. En las primeras Constituciones ya se pensaba en las trabajadoras que podrían ser recogidas en la Casa . También se creyó que las primitivas insta– laciones en los pisos de alquiler de Canalejas, podrían servir para recoger Terciarios Franciscanos que desearan retirarse en lo que se dio por llamar Hogar o Casa del Terciario. Aunque las habitaciones reservadas a este fin era1: pocas y modestamente acondicionadas, ya se comenzó a recoger algún anciano. Instaladas en el nuevo chalet de la Casa Madre, éste se prepararía para dar cabida a las ancianas que no se podían atender en sus domicilios por falta de personal. Poco después surgió la oportunidad de ofrecernos el Asilo de Los Corrales de Buelna, que acababa de ser abandonado por las Hermanitas de los Pobres (5 Octubre 1970). Esta Fundación se nos pidió por mediación y valimiento del que osten- taba entonces el cargo de Ministro de la Orden Tercera, D. César Obregón, quien conocía personalmente algunos miembros del Patronato de dicho Asilo. Se tardó un par de meses en poder llevar allí las religiosas desde que lo dejaron las anteriores, pero el pueblo entero se volcó en el cuidado de sus ancianos hasta que llegaron las Capuchinas Misioneras del Trabajo . Hace ya de esto más de catorce años y seguimos con nuestro compromiso . Ha sido la primera Casa en que a las Religiosas se les da, además del sueldo conveni– do, lo correspondiente a la Seguridad Social. El edificio es de puro estilo montañés y está rodeado de una amplia huerta y unido a la iglesia parroquial por un pasadizo que facilita a los ancianos y religiosas su asistencia a los actos que se celebran en el templo . Por algún tiempo también se mantuvo abierta una Residencia en La Con– cha de Villaescusa, en una enorme finca que dejara para la creación de un grupo escolar, D. Marcial Solana. Ya se había instalado allí dicho colegio o concentración escolar de las escuelas del Valle . Los Capuchinos pensaron que pronto se podría edificar un complejo que sustituiría al que tenían en Santander, cosa que por fin no se pudo llevar a cabo. Pero como las cosas, al principio, iban por buen camino, pensamos que allí podríamos establecer algo así como una Escuela Apostólica para las. aspirantes a Capuchinas. Se acondicionó un tanto uno de los dos chalets ex1stentes en la finca y se fueron a vivir allí dos religiosas que atendían ;:i. unas doce o catorce niñas estudiantes. 35
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz