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Hay personas que se toman con esa seriedad el ayuno de la muerte y sepultura del Señor y preparación de la Pascua. Terminada la celebración de la Misa ert la Cena del Señor entran en ayuno hasta la Vigilia Pascual. ¿ Y en qué consiste en concreto este ayuno que se prolonga, de celebración a celebración, por más de 48 horas? Consiste en omitir las comidas habituales: desayuno, comida, (merienda) y cena, y velar con el cuerpo afligido, no ingiriendo alimento sólido. Los ayunantes tan sólo se permiten líquidos - café, café con leche, caldos...- para mantener ese temple que la naturaleza reclama por su funcionamiento biológico. Cierto que la disciplina penitencial vigente por el Derecho Canónico no exige esta severidad, ni en cuanto al tiempo (dos días seguidos) ni en cuanto al modo; pero la dinámica del amor a muchos se lo aconseja. Y repitámoslo: numerosos fieles cristianos que se disponen a celebrar la Vigilia pascual como plena vigilia nocturna, de 12 de la noche a las 5 de la madrugada, sí que se lanzan a este ayuno amoroso y gratuito. Estamos en sintoníacon la espiritualidad del Concilio, cuando habla de este ayuno pascual con los siguientes términos: Considérese sagrado el ayuno pascual, que debe celebrarse en todas partes el Viernes de la Pasión y Muerte del Señor y que, según las circunstancias, debe extenderse también al Sábado, de modo que se llegue al gozo del domingo de Resurrección con el espíritu elevado y abierto (SC 110). *** Hay otro ayuno saludable, que podemos calificar como ayuno ascético, aconsejable e incluso necesario, provechoso para la salud del cuerpo y del alma. Es un ayuno educativo para refrenar los propios impulsos, para ponerlos a raya y marcar a la naturaleza sus justas medidas. Es el autocontrol de uno mismo, que hasta puede tener en ciertas ocasiones la intención de aflicción punitJ.va y voluntaria que uno se impone. No parece que sean métodos de tiempos arcaicos, sino recursos sensatos que tenemos al alcance de la mano y que responsablemente podemos utilizar. Y lo que se dice del ayuno, que en rigor es privación de comida y bebida, vale para otras formas penitenciales. 52

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