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No hace falta que nos sintamos con grandes vuelos..., y hasta podría ser mejor no sentirlos. Pero todos podemos orar con palabras tan sencillas, tan objetivas, tan estimulantes como éstas, que son la oración colecta del Lunes Santo: Dios todopoderoso, mira la fragilidad de nuestra naturaleza, y levanta nuestra débil esperanza con la fuerza de la Pasión de tu Hijo. Nuestra fe se fortifica con la fuerza esplendente de la cruz. ¡ La cruz gloriosa! La celebraremos, sí, en Viernes Santo, pero ya en las ferias de la quinta semana ensalzábamos con palabras vibrantes la Cruz del Señor, glorificando a Dios en el Prefacio: En la Pasión salvadora de tu Hijo el universo aprende a proclamar tu grandeza y, por al fuerza de la cruz, el mundo es juzgado como reo y el Crucificado exaltado como juez poderoso. Prefacio que es también canto de victoria en la celebración eucarística del Lunes, Martes y Miércoles Santo: Porque se acercan ya los días santos de su Pasión salvadora y de su Resurrección gloriosa; en ellos celebramos su triunfo sobre el poder de nuestro enemigo y renovamos el misterio de nuestra redención. El Siervo de Yahvé Una clave que nos desentraña el sentido de la Semana Santa son los cuatro cánticos del Siervo de Yahvé. El primero se proclama el Lunes Santo. Is 42,1-7: No gritará, no voceará por las calles. 46

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