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auténtica transformación social y cultural, que repercute también en la vida religiosa. ... Nunca ha tenido la humanidad tanta abundancia de riquezas, posibilidades y poder económico, y, sin embargo, todavía una enorme parte de la población mundial se ve afligida por el hambre y la miseria y es incalculable el número de los totalmente analfabetos. Jamás tuvieron los hombres un sentido tan agudo de la libertad como hoy, y sin embargo surgen nuevos tipos de esclavitud social y psicológica. El mundo siente vívidamente su propia unidad y la mutua interdepen– dencia de unos con otros dentro de la necesaria soli– daridad, y sin embargo se ve gravísimamente dividido por fuerzas antagónicas, pues aún subsisten agudas discordias políticas, sociales, económicas, «raciales» e ideológicas y no falta el peligro de una guerra capaz de destruirlo todo... (Gaudium et spes, 4). Siga el lector leyendo de su cuenta. Este panorama es muy serio y nos invita a consideraciones graves. Al filo de nuestras celebraciones nos debemos sentar y pensar sobre el hombre, cada uno de nosotros, un pequeño filósofo que tiene un puesto insustituible en la historia universal. Los cinco domingos cuaresmales antes de llegar a la Semana Santa nos hacen cinco cortes en la historia de la humanidad para entrar en la sabiduría. El panorama que se ofrece es éste: Primer domingo: El hombre en la esfera de sus orígenes. Segundo domingo: Abraham, germen de un pueblo elegido, que va a ser el paradigma del amor de Dios a la humanidad entera. Tercer domingo: Moisés, evocación de la alianza de Dios con los hombres. Cuarto domingo: El pueblo que surgió de esta alianza, pueblo bendecido, pueblo pecador, pueblo alimentado con una esperanza. ············•••.·.•.•.•.•.w.w.• =,:·==·=•:-;;;;.;.:-:-:::::::,,,:,:::::::=:=:=:=:=:=:=·:=::,:,:,·:·,·=·:=:::=:=mw::=.::: 29

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