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que un mismo Padre tiene que cantar su misa y diaconar en otra u otras dos, seguidamente. Esto es indudabl3men– te muy acepto a Dios y de gran rendimiento a la casa; pero no deja por eso de ser muy agobiante para el pobre religioso, qu esuda a mares y que luego en el decurso del día tiene que atender a varios menesteres y ocupac:ones. PERSONAL: Al leer los precedentes apuntes, se podría razonable– mente conjeturar que esta comunidad ha constado perma– nentemente de 6 o 7 padres y de 4 o 5 hermanos legos, cuando menos, pues la labor realizada no parece pueda ser llevada a efecto por m_enor número de operarios. Y sin embargo de ello, nunca ha llegado a ci'nco el número de padres, y en el transcurso de 15 meses han sido tres solamente. De menor a mayor estancia de tiempo, hé aquí el que han permanecido en esta casa los diez sa– cerdotes que han desfilado por ella en el postrer triennio: 1 9 José Man el de Viliaverde, 1 mes y medio 2? Antonio de Castillo 2 meses 3 9 Arcangel de Valdavida, 6 meses 4 9 Oderico de León, 9 meses 5-:• Victoriano de San Martín, 12 meses 6 9 Victoriano de Valladolid , 14 meses 7 9 Salvador de Pal.acio. 15 meses y medio 8Q Carmelo de Arroyo, 15 meses 9(· Angel de Lieres, 18 meses 1 O. Florencia de Artavia, 36 meses Por la presente lista se vé que e·I que ha permanecido aquí el triennio completo ha sido el padre Florencia de· Artavia, habiendo fallecido el padre Victoriano y reg resado a España el padre Carmelo , que originariamente compo– nían esta comunidad. Como ninguno de los diez se ha echado para atrás en el trabajo, y todos han competido nobl emente en el ministe ri o, proporcionalmente al ti empo 5

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