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do una suma total, en los tres años, de 162.000 comuniones. Esto da un promedio de 4.500 al mes y de 50 al día. Dedúzcase por aquí el trabajo de nuestros Padres en e! tribunal de la Penitencia, pues aunque supongamos una s ola confesión por cad :1 cuatro comuniones, siempre resul– ta rán unas 40.500, confesiones en el indicado período, con un promedio mensual de 1127 y un promedio diario de 37 . ¡Y pensar que, si la primera precaución al sentarse en e l confesionario es encomt-ndarse a Dios la segunda tiene que ser empuñar le abanic0 para no dejar de agitarl o hasta t.e rminar la faena! Mayor aún que eí indicado nos parece el número de co nfesiones oídas en esta iglesia, ya que muchas person as que comulgan en otras, se confiesan aquí,donde siemp re hay más de un confesor y pueden despachar pronto . Pero preferimos que nuestro~ cálculos sean moderados y con– se rvadores, como dicen, CULTO: Con decir que el Santísimo Sacramento se halla ex– puesto en nuestra iglesia de Maracaibo diariamente, de seis a seis, se vislumbra el mucho trabajo que _en sosteni – miento del culto desarrollan los religiosos de esta casa. Ayudados de un solo sirviente, ellos han de mantener lim– pia la iglesia en todo momento, en una ciudad donde el polvo lo inunda todo, y adornado constantemente el altar. En este sentido es agobiante la labor de nuestros óptimos hermanos legos, muy digna de ser tenida en cuenta por los superiores. Las velas se fabrican en casa, y se presta esmerada atenciqn a un jardín, cuyas plantas embellecen el templo en las grandes solemnidades. Aproximadamente 4.000 misas rezadas se han cele– b rado en esta iglesia, y las cantadas exceden de 900 en los tres años. De las 900 cant adas, unas 150 han sido diaconadas, o sea de tres sacerdotes, ocurriendo a veces 4