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tlamente se ha omitido echar remiendos a la residencia e iglesia, en expectativa prud €nte de un plan med·itado- y definitivo de las necesarias mejoras, para lo que se halla financieramente preparada la casa. El proyecto del Altar Mayor, de mármol , merece espe– cial m~nción, mayormente teniendo en cuentl;I. que están ya recogidos los fondos y muy a punto los 150,000 bolívares que aproximadamente vendrá en definitivamente a costar. Esta suma tan considerab le la han aprontado gene rosamen– te las personas a quien.es el P. Florencio expuso el pensa– miento que ac ar ici aba. Dicho Altar de mármol debe estar ya llegando de Italia. DEL SOBRANTE= El buen nombre, de que siempre han gozado en Ma– rácaibo !os nuest ros, como sacerdotes intachables y reli– giosos de probada virtud , se ha conservado en todo su auge en el último tiennio. Prueba de ello ha sido la copio– sí síma oferta de misas, hecha por el pueblo creyen te. La a bundancia ha sido tal que, además de las cinco mil inten– ciones de misas cumplidas en esta igl 3s ia, el Padre Supe– rior ha podido remitir más de ocho mil intenciones a los misioneros de Perijáa y del Caroní, como también al Supe– rior Regular y al Padre Povincial de Castil\a, con la corres– pondi ente limosna de tlr0,850 bolívares, según consta de los libros de Misas y Cuentas. Además de esta importantísima ayuda, el Padre Su– pe rior ha podido entregar a P. Angel de Lieres mil bolí– va res, y al Hermano Fr. Rogelio otros mil, después de pa– gar les con exceso el viaje y de proveerles de cuanto se juzgó q ue podría serles de utilidad en su nuevo dsetino de las Misiones de Caroní. Es de conocimiento general la gustosa espléndidez con que la casa de Maracaibo contribuyó a cubrir decoro– s2ment3 :os gastos ele !a congregación ep iscop al del antiguo ~uperi or de esta res iden cia, hoy monseñor Diego Al onso 7

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