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242 ANSELMO DE LEGARDA de temerario cuando, cumpliendo como debe su obligación, reprende a la señora profana e indecentemente vestida, al joven libertino, disoluto e indevoto que escandaliza a los demás, y a cuantos con sacrílega teme– ridad profanáis el santuario, perturbáis los oficios divinos y llenáis de la inmundicia de vuestras obscenidades este lugar santo y terrible que destinó el Señor y reservó para su veneración y culto» 26 • Esos mismos « se mofan y blasfe1nan de la potestad de la majestad real en orden al merecido castigo de los viciosos y culpados » n. « ¿ Quién no ve en esto el furor verdaderamente diabólico con que los filósofos y libertinos hablan contra el estado eclesiástico, especialmen– te el religioso? Ellos, no contentos con mirarlo con horror y vilipendio, se propasan a motejarlo de inútil a los pueblos y aun de perjudicial al Estado... De aquí el lamentarse de su crecido número, el impedir los padres a los hijos su acertada elección y aun el motejar algunas de sus leyes de imprudentes, inconsideradas y necias... ¿ Qué no hablan contra el estilo de admitir a este género de vida a los jóvenes y doncellas en la flor de su juventud o en sus primeros años ? Con el especioso título de su falta de conocimiento sobre lo que admiten y dejan, culpáis su resolución y mucho más su recepción. Este joven - soléis decirnos -, esta doncella debe saber primero lo que es mundo, lo malo y lo bueno, para con entero desengaño abrazar mejor la vida religiosa; no debiera profesar alguno hasta haber cumplido los veintiún años de su edad y visto algo de lo que pasa en el siglo » 28 • De labios de Judas, cuando se derramó el preciosísimo bálsamo en obsequio de Jesús, se oyó « lo que en nuestros días se ha hecho tan común en la sacrílega boca de los filósofos e ilustrados del siglo ». Murmuran ante la magnificencia, grandeza y adorno de los templos, ante la suntuosidad del culto y ante la fundación de monasterios 29 • « ¡ Con qué escándalo no se oye en vuestras tertulias, en vuestras mesas y aun en esos públicos cafés y casas de conversación, que el reino está atrasado por los diezmos y que, mientras éstos no se quiten o moderen, aquél no podrá florecer ni desempeñarse ! » 30 • Abundan las críticas de los « estultísimos filósofos » a la oración, misa, ejercicios devotos, frecuencia de sacramentos, a oír la palabra de Dios 31. « Miráis con ceño aquellos libros que con su sana doctrina refutan los errores de los que usáis y, reprendiendo con eficacia vuestro libertino modo de obrar o de pensar, os dan a conocer la monstruosa gravedad de vuestra culpa» 32. « Ya habéis conseguido desterrar de los estrados y sitios principales de las casas las imágenes de Cristo nuestro Señor y de sus santos y, en su lugar, introducido estatuas, retratos o pinturas profanas, por lo 26 co I, 418. 27 co I, 418s. 28 co I, 419-421. 2, Cf. co I, 423s. 30 co I, 424. ,1 Cf. co I, 426s. 32 co I, 430.

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