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EL B. DIEGO JOSÉ DE CÁDIZ Y EL SIGLO ILUSTRADO 265 el Viernes de Dolores ni otro día alguno, ni por ello me han amonestado, corregido, etc., pues nada, nada, nada se me ha oído de esto. La citada proposición del Viernes Santo la dije porque, antes de predicarla, me aconsejaron dijese algo sobre el uso de las rentas eclesiásticas por los mismos eclesiásticos. Yo soy en esto tan detenido como a usted .le consta, por el decoro al estadb. Ocurría lo de las terceras partes y algunos días antes del sermón me ocurrió de improviso la especie de las ves– tiduras con un fuerte dé.seo :de hallaP exposición que dijese lo que dije. La busqué, la hallé, no ~in trabajo, y, aunque titubeaba en la resolución de decirla, al fin, puesto en el púlpito; resolví no callarla, proponiéndome por fin dos cosas: una, llamar la,,, atención de todos para el asunto de las terceras partes y que no hablasen contra la abundancia de renté:J:S eclesiásticas; otra, poner en cuidado a los eclesiásticos para que, por curiosidad, leyesen a San Lorenzo Justiniano y viesen lo que no debían olvidar. Esta es la pura verdad... Las resultas de la Corte han sido las que usted conocerá por la siguiente copia que he tenido esta semana del Ilmo. P. Confesor (mejor será que vaya separada). Mas los papeles que supone, aún no han. aparecido... Los baños de Ronda me los tienen dispuesto fos médicos por el mejor temperamento de allí y las mayores proporciones que allí tengo. Y, para mi seguridad, me dieron su certifi– cación firmada por los dos principales de allí. Se la pedí según sus conciencias, con la intención de enviarla al Ilmo. P. Confesor, si seguía mi destierro, para que me · consiguiese del Rey la licencia necesaria. Y para esto tenía la aprobación de mi P. Provincial, y esperaría la de usted, si no hubiese. ya venido mi absolución» 147, Delicada es la noticia que el prec;licador confía al P. El:.sebio desde Málaga el 29 de junio: « El ilustre Sr; Conde de Campomanes escribe. a nuestro P.'Provincial una carl:a que, por ser algo difusa y corto el tiempo, no se la copio a vuestra caridad, en que me corrige de cierta proposición predicada contra el Gobierno (es la. consabida, pero tan tremenda que no puedo conocerla por mía); y también por ser yo de con:rario modo de pensar en ciertas piadosas disposiciones del Soberano. :::>ice que le encarga me prevenga me abstenga, en adelante de semejantes predicaciones, que juzga· el Rey ser hij'as de algún extraño influjo, pero que se da, Su Majestad por, satisfecho.. Este es todo el contenido de la carta y toda de propia mano suya. Atando. con ésto el modo con que se maneja ese Sr. Excmo. nuestro Arzobispo [de Sevilla], puede creerse haya tenido igual prevención, etc. Esto, junto con que ya se me censura por los pad(es de este convento· y el de Cádiz que el volver a Sevilla es influjo que tengo de vuestra caridad, parece nos deja arbitrio para pensar en otro destino » 148. La carta aludida de Campomanes, .fechada en Madrid el 18 de junio, consta en el lugar citado de Sebastián de Ubrique y reza así: « El Rey ha sabido que el P. Fr. Diego de Cádiz, .en el sermón de Pasión que predicó en la catedral de SeviHa entre las [seis y] siete de la mañana del Viernes 18 147 CA, 22-24. 148 CES, 25.

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