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EL B. DIEGO JOSÉ DE CÁDIZ Y EL SIGLO ILUSTRADO 249 había yo hablado contra el Gobierno. Entre los señores de la Chancillería, muchos son en extremo afectos a mí; otros, después de este caso, no. Su Ilma., con buen modo, aplacó los ánimos para que no se avisase a la Corte por oficio y les satisfizo con que me prevendrfa. no volviese a tratar de estos puntos, como así lo hizo, ·llamándome separadamente y con mucha caridad y modo exhortándome a que no predicase estos asuntos, porque me ponía en peligro de que me quitasen de arriba la predicadón y perdía predicar mil sermones por predicar uno y sin fruto. Le agradecí su caridad y le dije que, si había errado, me perdonase. Me dijo que no había yerro, sí sólo no ser tiempo ni lugar para estas doctrinas » 62 • En los viajes del mes de mayo, hombres, mujeres, niñcs, sacerdotes salen gritando y llorando por los pueblos por donde pasa. En alguno, el cura y la justicia con todo el lugarito: « sólo fahó el palio, pues hasta las campanas repicaron » 63. De Granada salen de hecho pliegos para la Corte 64 • Pero al poco tiempo el P. Cádiz, en la misma Granada, se entera del resultado: « Aquí supe las re.sultas de mi delación al Consejo, que fueron haber respon– dido un señor Consejero: "Aquí se ha sabido que el P. Capuchino habló algo contra el Gobierno el día de la conversión de San Agustín; pero el Padre puede decir lo que quisiere, porque tiene aquí dos poderosos defensores o protectores, el Sr. Patriarca y el Sr. Inquisidor Mayor"» 65 • Con semejantes intervenciones es natural que el predicador ande en lenguas. Y él lo sabe: « Veo se habla de mí mucho malo y mucho bueno; proposiciones fatales que ni las he soñado » 66 • Misiones andaluzas y en la diócesis de Toledo (1779-82) Siguen las misiones de Guadix y Baza. Es muy ilustrativo su testii:po– nio del 16 de julio: « En cuanto a papeles o manuscritos, sólo conservo algunas, muy pocas y escasas apuntaciones de algunos sermones o novenas, pero es raro. De misiones, lo mismo. Y aun para el clero no tengo apuntadas todas las ocho de los ejercicios. En el día no soy capaz de formar por escrito un sermón; cuando más, apuntarlo. Tal vez suelo hacerlo después. Pero, por pereza o por falta de tiempo, rara vez se hace» 67 • · El director espiritual le manifiesta en agosto con santa envidia: « Si fuera posible servir de doctrinero en la misión tuya, cree que todo lo ·renunciaría por andar ayudándote a combatir el libertinaje y servir 17 " DP, 260-262. 63 Cf. DP, 261s, 267. 64 Cf. DP, 262s. 65 DP, 276. 66 DP, 277. 6 7 DP, 307.
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