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,386 EMILIO DE SOLLANA 3) Vble. P. Ignacio de Monzón (1527-1613). Ayunaba todos los sábados del año. Fué devotísimo de la Concepción Inmaculada; a to– dos exhortaba que, cuando la nombrasen o saludasen, la llamasen Purísima, y que, cuando dijeren el Ave María, por devoción de su Concepción, la acabaran diciendo Sancta María Virgo Mater Dei Pu– rissíma, ora pro nobis... Todos los días que no se lo estorbase oficio do– ble decía la misa de su Concepción y cuando no la podía decir la re– zaba a solas entre las demás devociones suyas. Todos los días rezaba nueve salves, añadienlo la antífona Unica est columba mea con el ver– sículo y oración de la Inmaculada 77 • 4) Vble. P. Francisco de Sevilla (1558-1615). Fué especialmente devoto de la Inmaculada Concepción en cuyo honor fundó Herman– dades o Cofradías en muchas partes, principalmente en Valencir. y Alicante; escribió unas Reglas y constituciones para la cofradía que fundó en la iglesia de los Padres Observantes de Valencia; ayunaba a pan y agua en las vigilias de la Virgen y no había para él mayor gus– to que hablar de las grandezas y glorias de María Inmaculada. Lo con– sideramos como iniciador de la costumbre de empezar los sermones co1111 el saludo: Alabado sea el Santísimo Sacramento ... 78 • 5) Fr. Miguel de Albaida (1650-1698). Llevado de su devoción a la Inmaculada se preocupaba de que las pinturas y esculturas de la misma fueran de la máxima belleza posible que reflejara en algo la de la Virgen sin mancilla. En el tiempo libre se dedicaba él mismo a fabricar imágenes de barro. las que colocaba en las escaleras de los conventos para que bajando o subiendo por ellas los religiosos hicie– ran inclinación y reverencia a las mismas 79 • 6) P. Blas de San Mateo (1682-1720). Durante toda su vida fué es– pecial devoto de la Inmaculada. Murió el 8 de diciembre de 1720; to– do el día, después de recibir los últimos Sacramentos, estuvo sin ha– blar nada, pero, como volviendo en sí, se sentó en el lecho y con voz 77. ANTONIO DE ALICANTE, 331-333. 78. Ibidem, 425-481; DIONISIO DE GÉNOVA, Bibliotheca sériptorum Ordinis Mi– norum Capuccinorum (Génova2 1691) 193; AMBROSIO DE VALENCINA, Reseña his– tórica de la Provi,zcia Capuchina de Anda[ucía (Sevilla 1906) I, 78 y 98. 79. JOSÉ DE ALICANTE, Segunda Parte de las Chrónicas..• 416.

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