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336 CELESTINO DR AÑORHE 176 en las declaraciones de los testigos en la causa de beatificación de san Lorenzo. Veamos quiénes son esos testigos, qué es lo que de– .claran y qué valor tiene su declaración. De entre todas las declara– ciones contenidas en los Procesos, dos son las que, a juicio del pa– dre Carmignano, tienen especial significación y deciden el pleito a su favor : la declaración del padre Buenaventura de Nápoles· y la de fray Gaspar de Gallera to 68 • r) Declaración del padre Buenaventura de Nápoles. Dos partes contiene la declaración del padre Buenaventura: la primera se refiere a la maldición del edificio; la otra a la ruina. del mismo. Cuanto a lo primero, el declarante se expresa así : « Visitando la España dicho padre Lorenzo en el tiempo de su generalato encontró uno de nuestros conventos, en una ciudad que no recuerdo ; y porque advirtió en él algunos ex– cesos contra nuestra simplicidad, lo maldijo de parte de Dios y de nuestro Padre san Francisco.» ¿ Qué valor ha de atribuirse a esa declaración? El padre Arturo de Carmignano, para realzar la autoridad del declarante, dice que el P. Buenaventura de Nápoles fue compañero de san Lorenzo. Lo fue efectivamente ; pero compañero del Santo, no en su visita a Es– paña sino durante la visita a Italia, despues que regresó de España. El padre Buenaventura jamás estuvo en nuestro país. No sabe de– cirnos en cuál de nuestros conventos tuvo lugar el hecho. Lo que declara no lo sabe de ciencia propia ; es testigo de oídas. Le parece haberlo oído al propio san Lorenzo, pero no puede asegurarlo. Oyó tambien a tres compañeros del padre Brindis en su visita a Es– paña: Buenaventura de Nápoles, Felipe de Milán y Juan María el Grjego. ¿ Infiérese de aquí que estos tres religiosos fueran testigos directos de la escena en que aparece el Santo maldiciendo un con– vento? En modo alguno. También fray Gaspar de Gallerato acom– pañó al general en su visita a España, y, sin embargo, nada supo de la famosa maldición hasta que se lo contaron en Italia. 58. CARMIGNAXO, art. cit., 198, nota 148.