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330 CET,ESTI~O DE AÑORHE .l'íO autor con mucho detalle de tedas las iglesias, capillas, ermitas y conventos de la ciudad, y por consiguiente habla también del con– vento de los capuchinos. Por el testimonio unánime e irrecusable de estos autores sabemos cómo era el convento de Calatayud cuando en 1603 lo visitó san Lorenzo. No era un edificio espacioso y sun– tuoso, sino lo más mísero y extremadamente incómodo. Una segunda prueba de nuestra tesis la hallamos en una reso– lución del capítulo que en junio de 1603 presidió el propio san Lo– renzo. Decret6se en ese capítulo «que la fábrica del convento de Ca– latayud se suspendiera hasta el capítulo general y se dejase el huer– to y se renunciase al legado de fray Jerónimo, novicio, para la dicha fábrica» ,u_ Se ve claro por este texto que, con anterioridad al capí– tulo provi11cial, los capuchinos habían dado comienzo a la construc– ción de un convento en Calatayud. Si se manda suspender la fábri– ca, supónese que la fábrica estaba comenzada. Que ya antes del ca– pítulo existía el propósito de hacer nuevo convento, lo demuestra también la disposición testamentaria de fray Jerónimo en favor de la proyectada obra. Siendo esto así, ocurre preguntar: ¿ Si los capuchinos tienen ya su convento en Calatayud, qué es lo que les mueve a construir un nuevo convento en la misma ciudad? Para nosotros, los que nos guiamos por fuentes históricas españolas, la respuesta no puede ser más fácil. Lo que a los capuchinos mueve a edificar un nuevo con– vento es que quieren dejar el convento que tienen, por carecer de condiciones de habita·bilidad, segun lo estimó más tarde en la visita el mismo padre general ; quieren dejarlo y mudarse a otro sitio, donde puedan vivir con menos incomodidad y sin peligro para sus vidas. Esa es nuestra respuesta. Veremos la respuesta de nuestros hermanos de Italia. De lo que llevamos dicho se desprende claramente esta conclu– sión : La maldición lanzada por san Lorenzo de Brindis contra un convento de su propia Orden y el subsiguiente derrocamiento del mismo son hechos que no sucedieron en Calatayud. 44. Actas capitulares, f; 12.

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