BCCCAP00000000000000000000660

324 CELESTINO DE AÑORBE 164 Está, pues, fuera de duda que los capuchinos de Calatayud tu– vieron su· primera vivienda en una de las cuevas que se ven en el al– to cerro que domina aquella ciudad. Los testimonios que aducimos son irrecusables. Déjase entender el aspecto de ·pobreza que presentaría aquel convento metido en una cueva. Nos lo describe el padre Ajofrín, to~ mándolo de los manuscritos de la provincia de Aragón. Dice así: El convento de Calatayud «estaba fundado en unas peñas que hay sobre la misma dudad... Allí hicieron celdas, dormitorios, iglesia, refectorio, cocina y demás oficinas parn una comunidad, donde vi– vían metidos en aquellas cuevas como unos ermitaños en el desierto ; y aunque tenían celdas, dormitorios, iglesia, etc., nada tenían, pues era sólo en el nombre y nada en realidad» u. b) La presencia de san Lorenzo Nuestro santo general debió experimentar consuelo al encontrar– se con un convento pobre de veras, como él los quería para los ca– puchinos. Pero a la vez se sintió padre de sus súbditos, como lo han recordado los capuchinos aragoneses, tran_smitiéndonos por escrito las noticias que en Zaragoza recogió el cuidadoso historiador Ajo– frín. «Viendó el varón santo la incomodidad de los religiosos, lasti– mado de su triste situación y peligro en que vivían, mandó, en nom– bre de Dios a aquellas peñas que, sin detrimento de los religiosos, se fuesen deshaciendo, hasta dejarlo inhabitable, y mejorasen de sitio, como sucedió. Vivían también amenazados de un estrago general y una inevitable ruina de aquellos peñascos salitrosos. Pero, ¡ oh pro– digio!, despues que el varón santo les intimó el precepto, se vió clara– mente que se iban abriendo y desgajando aquellas peñas, en ocasión y de modo que no ofendían a los religiosos, atribuyéndolo toda a milagro, de suerte que vivían entre las mismas ruinas con la, ma– yor seguridad)> 2 · 5 • que la cueva era el tipo .corriente de la habitación de los españoles. La malévola insinuación tuvo adecuada réplica en la prensa española. A raíz de este incidente, o· sea en el año 1952, la autoridad municipal de Calatayud hizo tapar la cueva de los capuchinos y todas las demás que dan al camino público, después que las hu, hieron evacuado· las familias que 1as ocupaban. 24. AJOFRÍN, ob. cit., 130. 25. !bid., 131.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz