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FILOSOFÍA DE VILLALPANDO 349 Ninguno de estos autores le es plenamente grato. En todos halla algo que recoger y que desechar, a estilo ecléctico. Escribiendo muy dentro de la segunda mitad de su siglo, bajo el influjo de la Ilustración, la física newtoniana y la epistemología loc– kiana le atraen de modo singular : Newton y Locke son los dos gigan– tes del pensamiento para él, uno en el campo científico y otro en el filosófico. Wolff les va a la zaga en esa predilección, pero no a nivel de creador. La simbiosis del peripato, del racionalismo, del empirismo y del criticismo moderno en estado naciente produjo una síntesis manual, con la débil coherencia interna exigible a un manual ecléctico no poco improvisado. Si Villalpando hubiera de autodefinirse en materia de originalidad, no se consideraría, según doctrina que toma de Vernei (o. c. 276), un mero compilador -«el autor que usufructúa materiales ajenos sin preocuparse de su orden y conexión»-, y mucho menos un plagiario -«el que publica lo ajeno como propio»-, sino un sistematizador: quien reduce a cuerpo doctrinal lo más útil elaborado por otros, co– nectándolo entre sí a la luz de algunos principios, aunque no cite a cada paso sus fuentes (I 459). GERMÁN ZAMORA