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FILOSOFÍA DE VILLALPANDO 347 «Incedite, inquam, exutis praejudiciis, posito partium studio, neglectis inanibus disputationibus, ad veritatem la– tentem investigandam, ad scientiam promovendam, ad ope– ram, studiumque eo dirigendum, ut utilitas, quoad fieri pos– sit maxima, in genus humanum redundet, oculos intenden– tes; nisi enim utile est quod facimus, stulta et inanis est gloria. 43 Idcirco egomet [ ... ], quemadmodum ab operis exor– dio proposui, eo collineavi, ut prima dumtaxat fundamenta, sed vera jacerem.» De ese modo daba por cumplida su palabra de ofrecer un texto de filosofía, si no original en la invención de la doctrina, sí en su entramado y, sobre todo, en su intención. 44 RECAPITULACIÓN Al eclecticismo profesado por Villalpando como filósofo podría añadirse un eclecticismo compilatorio como autor, a causa de la téc– nica empleada en la confección de su manual. Resumiendo retrospectivamente el plan desarrollado, recordaba a sus destinatarios, al término del tomo primero, el «monitum auto– ris» o advertencia puesta al frente de toda la obra (I 32): el con– junto de doctrina que hallarían en ella no era de propia minerva, sino de los pensadores mencionados en el preámbulo; por suyo re– clamaba únicamente la nueva organización de lo en ellos recogido para hacerlo más útil. En razón del manejo directo, indirecto, o combinado, de las fuen– tes de esa doctrina por Villalpando pueden clasificarse aquéllas en inmediatas, mediatas y mixtas. 43. Es trasunto de unas líneas de la «Praefatio Auctoris» -sin paginación- de los Elementa pbysicae de «Mussch.-Genov.» (¿acaso de sólo el segundo?) 44. No ha sido la nuestra retrotraer a su fuente cada aserto de Villalpando, tarea poco asequible, dada su enmarañada complejidad, no obstante las pistas que él mismo facilita. Hemos puesto de relieve las más importantes. - La idea motriz de su eclecticismo compilatorio en materia de manuales de enseñanza tenía sus partidarios aún a comienzos del siglo XIX, como atestigua esta recomendación de la universidad de Granada: «Sería de desear que la Superio– ridad comisionase a algunos hombres instruidos, los cuales, sin tener que añadir ideas pro– pias, limitasen sus trabajos a extractar los retazos mejores que se hallan esparcidos en las obras más selectas, a ponerlos en orden, a presentarlos con un método analítico, y a volver al idioma latino (si se quiere que siga dominando en nuestras Universidades, quizá con per– juicio de nuestra lengua) aquellos retazos que hubiesen escogido en nuestros Autores patrios, en los franceses, o en los de otras Naciones» (cit. por F. MoNTELS Y NADAL, Historia del origen y fundación de la universidad de Granada, Granada 1870, 410).

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