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344 GERMÁN ZAMORA gran escala, entre Villalpando y la fuente principal de éstos para mu– chas de esas materias, que lo era Wolff, como lo probaría un simple cotejo entre los lugares de contenido paralelo en los tres (cf., para Wolff, en este caso de la psicosofía, su Psyclzologia rationalis §§ 78 83 86 111-113 178 y en la Psyc1zologia empirica los §§ 48 85-90 92s 95 107 314 948 953). ÉTICA La filosofía moral de Villalpando comienza por delimitar su propio campo (III 308s), tras de lo cual somete a consideración los principios último y próximo o normas de moralidad (III 309-319), la ley natural y la positiva (III 319-322), el sumo bien y la felicidad humana (III 323- 332), la conciencia (III 334-342), las obligaciones del hombre para con Dios (III 342 348), y para consigo mismo (III 349-367), las cos– tumbres y caracteres (III 368-380), las obligaciones hacia los de– más (II 380s), los deberes del hombre como ciudadano (III 382- 401), los deberes imperfectos (III 402-417), las virtudes en general (III 417s) y sus propiedades en particular (III 419-421), la división de las mismas (III 422), la prudencia (III 423-429), la justicia (III 429-432), la fortaleza (III 432-434) y la templanza (III 435-440). En las fuentes de la ética se une, al influjo de Genovesi y de Jac– quier, el de Heineccius. El prevalente, en cuanto a la orientación filosófica aristotélico-estoico-escolástica, es el de Jacquier. La obra de Genovesi semeja a la cantera de que se extraen abundantes ma– teriales para encuadrarlos según la dirección general dada por Vi– llalpando a la filosofía moral, distinta de la querida por el italiano. En efecto, la concepción de Genovesi derivaba hacia un eudemo– nismo de corte hedonista, con ciertas connotaciones de Epicuro: 40 la felicidad humana consiste en el placer (voluptas), y ésta en la ausen– cia de dolor. Para Villalpando, Dios constituye tanto la felicidad ob– jetiva como la formal del hombre; para Jacquier, Dios es, sí, la beatitud objetiva humana, pero la formal está en la virtud. De Jacquier se sirve Villalpando (III 308s) para determinar la naturaleza de la filosofía moral, así como el principio o norma últi- 40. Puesta la felicidad como tendencia última y radical del hombre, formulaba Genovesi la proposición siguiente, acerca de la esencia de esa felicidad, así: «Prop. LXXXII: Non potest praesentis vitae plena felicitas in alio esse posita nisi in hoc, ut corpus sine ullo dolare sit, animus sine ulla perturbatione, cura semota, metuque, adeoque in conscientia aequabilis voluptatis. Est per se manifestum». Cor.: «Maxima ergo, quae dum hic vivimus, obtineri a nobis potest beatitudo, est mínima miseria, idest si ita vivamus, ut summa dolorum totius vitae minar est summa voluptatum, eo majar erit praesentis vitae felicitas» (Elementorum artis logico-criticae V 541). Puede verse también su Diceosina, ossia filosofía del giusto e del/' onesto (Napaoli 1777) y Grande antología filosofica XV, Milano 1968, 1273.

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