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FILOSOFÍA DE VILLALPANDO 329 dependencia es cuantitativamente escasa. Los autores cuya consulta recomienda en esta ocasión son otros, como Régis y Muratori. 21 A Genovesi vuelve, como a fuente principal, en las cuestiones de la probabilidad histórica y hermenéutica y de la ciencia. La fuente última en estos casos es, probablemente, la misma de que se sirvió Vernei, es decir, H. Grocio, Pufendorf y, sobre todo, Ch. Thomasius y Le Clerc. 22 A lo largo de esas páginas vuelve a exaltar a Locke con máximo entusiasmo (I 320 323 328): «Pulcherrima sunt Lockii verba, et sen– tentiae, quibus quae de probabilitate dixerat, ac erroribus, concludit» (I 322). «Sententia haec aureis litteris scribi, et omnium memoriae insculpí deberet» (I 323 nota). «Nullus Lockio in iis evolvendis exac– tior» (I 328). Fuente directa el Essay, traslada de él largas citas al pie de página. La doctrina leibniziana del criterio de la verdad la entresaca de Genovesi (o.e. 183-193 209-214 260ss), pero rebasa ampliamente a éste a causa de las cuestiones que entrelaza con aquélla. Su extensa di– gresión acerca de la experiencia y la meditación como «únicas vías para lograr la evidencia» (I 344-351) es un retazo de lockismo zurcido eclécticamente al enfoque general leibniziano del artículo, y proviene de Le Clerc a través de Genovesi, el cual no mezcla esas cuestiones con la del criterio (o.e. 235 260, etc.). Villalpando procede, sin embar– go, con mucha coherencia, pues ello le permite explicar el criterio de verdad en el triple campo señalado por Leibniz (intelectual, sen– sorial, de autoridad) . 23 21. (1 305-312). «Praecipue, circa praesens institutum, videndi sunt, Regis, Usage de la raison, et de la foy; Muratori, in toto opere de Ingeniorum Moderatio11e» (1 312). Se trata de las obras del cartesiano Pedro Silvano REGIS (1632-1707), Usage de la raison et de la foi, 011 l'accord de la raison et de la foi (Paris 1704) y de Luis Antonio MuRATORI (1672-1750), De ingeniorum moderatione in religionis negotio (Parisiis 1714). 22. Villalpando se acerca al portugués una vez más, pero menos que al napolitano. De Vernei disiente, incluso con acritud, cuando trata del chauvinismo histórico (I 314: «Vernejus sibi, Lusitanisque suis desumere, applicareque potuisset, quam nobis accommodat satyram~, alusión a un pasaje del portugués en o. c. 236). La comunidad de ideas, aunque no de su desa– rrollo, entre Vernei y Genovesi en esta materia sugiere que bebieran ambos de la fuente manifestada por el primero: «De hac interpretandi ratione -escribía el portugués- dilucide et erudite, post Grotium et Pufendorfium, disputavit clarissimus Philosophus et lurisconsultus Christianus Thomasius: cuius nos in iis, quae res naturae consentaneas spectant, vestigia sequemur». Entre las obras que cita de C. TnoMASIUS (1655-1728) destacan su Introductio in philosophiam rationalem (Lipsiae 1701), e Instit11tion11111 jurisprudentiae divinae libri tres, in quibw fundamenta juris natura/is secundum bypotheses illustris Pufendorffii perspicue demonstra11tur... (Halae Magdeburgicae 1710, 4.' ed.). 23. (1 338-339): «Nullus Leibnitio in Criterio assignando solidíor ac mugís perspícuus». Para los eclécticos, desde el oscuro fundador de la secta, era capital la solución del problema de la verdad o falsedad de una doctrina, prevía a su elección. Juan LE CLERC (1657-1736), calvinista suizo residenciado en Holanda, fue autor de una Ars critica (Amstelodami 1697) en dos volúmenes, a los que seguía, en 1700, un tercero de Epistolae criticae et ecclesiasticae