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328 GERMÁN ZAMORA En el problema de la objetividad del concepto universal, que afir– ma, con el realismo moderado, sigue a Jacquier (o.e. I 91-96), pero toma también de Vernei algunos párrafos a la letra (v. gr., del De re logica 80, para su Philosophia I 278). 2. El juicio y la verdad En el segundo tratado de la gnoseología aborda los temas relati– vos al juicio (I 295-384): la verdad lógica y los estados de la mente frente a ella -ignorancia, duda, opinión, certeza (I 295-298); la opi– nión y ia probabilidad física y moral (I 299-305), la fe (I 305-312), la probabilidad histórica (I 312-320), la probabilidad hermenéutica (I 321- 326) y la ciencia (I 327-330). Como quaestiones disputatae solventa aquí las de si la fe, la ciencia y la opinión pueden coexistir en un mismo sujeto acerca del mismo objeto (I 330-336), en qué consiste el criterio de la verdad (I 337-369), si las proposiciones de futuro con– tingente son determinadamente verdaderas o falsas (I 369-378) y, final– mente, si el juicio es acto simple de la mente o compuesto (I 379-384). Para el desarrollo de esos temas se sirve generalmente de la obra de Genovesi. Así, la cuestión sobre la ignorancia, duda, opinión, certe– za y verdad brinda un nuevo ejemplo del método compositivo de Vi– llalpando, que transvasa a su texto fragmentos del de su modelo, unas veces literalmente, otras cambiando vocablos, o compendiando y de– jando para las notas lo que le parece accesorio, o de interés más bien clarificativo. Puede compararse, a ese propósito, Villalpando (I 295 ss) con las páginas 169ss de Elementorum artis logico-criticae. El artículo II de ese tratado, sobre la opinión y la probabilidad, combina elementos tomados del italiano y del portugués (o.e. 193ss y 259ss, respectivamente). El que le sigue, dedicado a la fe, muestra huellas de Jacquier (o.e. I 256) y de Genovesi (o.e. 178-182), pero la 1111llit1s esse t1st1s ad idearum orzgtnem explicandam, asserit, in Lockium, ac ejus sectatores systematis, invehitur, affirmans hanc opinionem non posse defendi, nisi simul mentis incorpo– ralitatis periculo exponatur». «Sed inverecundius sese explicat». - La Inquisición española cen– suraba en 1733 el Ensayo de Locke en su traducción francesa, «Essai philosophiq11e concernant l'e11te11dement bumain, 011 l'on monstre q11elle est l'etend11e de nos connaisances certenes, et la maniere dont no11s y pervenons. Su Autor Mr Locke: traducido de Inglés en Francés por Pierre Coste. Impreso en Amsterdam por Henri Schette en 1729» (AHNI leg. 4431 n. 12). El mercedario Mariano Anglarell y de Cortada, su calificador, emitió un veredicto que parece preludiar el que, muchos años más tarde, emitiría todo el santo Tribunal contra la Pbilosopbia de este gran admirador del filósofo inglés. Decía Anglarell: «Por lo que soy de sentir que en este ensayo filosófico de Mr. Locke se hallan muchas y varias proposiciones erróneas, teme– rarias, escandalosas, sapientes haeresim, heréticas, falsas, inductivas de nuevos errores, contr4- rias y perniciosas a toda buena educación, y enseñanza respectiva» (ibid).

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