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FILOSOFÍA DE VILLALPANDO 325 exponer con mayor claridad y de modo más adecuado para su asimi– lación por los alumnos. Advierte que discrepa de la división lockiana de las ciencias por considerarla insuficiente. 11 El error y sus causas le merecen un estudio detenido, pues le de– dica una cuestión con cuatro artículos. Aparece aquí con mucha cla– ridad su técnica del manejo simultáneo de fuentes próximas y remo– tas, las primeras en el texto y las segundas, preferentemente, en las notas. Errores procedentes del cuerpo: Nuevamente depende de Geno– vesi, el cual, a su vez depende de Malebranche, del que aconseja leer todo el libro segundo De inquirenda veritate. Vernei, que se inspiró también en esa obra (o.e. 188), recomienda no menos su lectura.12 Causas psíquicas del error: sigue dependiendo de Genovesi (o.e. 36). Las notas, que son como un comentario lato al resumen del cuerpo del artículo, se corresponden a veces con Genovesi, y otras veces se alejan de él: en general, asume en ellas Bacón de Verulamio el papel de Malebranche en el artículo precedente; él es, por tanto, el tras– fondo sobre el que se recorta la doctrina del texto. Villalpando dirige, como a obra de consulta, al libro primero del De dignitate et aug– mentatione scientiarum. 13 Igualmente, lo que escribe sobre la voluntad como posible fuente del error depende del capítulo, de casi idéntico título, de Genovesi (o.e. 45-54), que Villalpando parafrasea concisamente, al tiempo que amplía lo expuesto sirviéndose de largos extractos del libro quinto de la citada obra de Malebranche: «Consulatur Mallebranche, in suo de passionibus tractatu, ubi copiase et solide rem persolvit» (I 199 nota). En las causas externas del error sigue su táctica, favorita en toda esta sección, del compendio en el cuerpo del artículo a base de Geno– vesi (o.e. L. I cap. IV), y de su amplificación en las notas, utilizando obras de autores importantes en la materia. El de esta ocasión es 11. Los capítulos extractados del italiano son del «Liber secundus», cap. V: Prima et generica divisio objectorum idearum nostrarum (o. c. 105-108); VI: De studio Metaphysicae, et Theologiae (108-117); VII: De studio Physicae et Matheseos (117-122); VIII: De studio Ethicae (122-128). 12. La invectiva contra el «siglo de los diccionarios y enciclopedias» (I 166 nota 2) pro– cede de Genovesi (o. c. 54), pero Villalpanclo ensancha mucho su contenido con una cita «insignis cujusdam Auctoris», tal vez Wolff. 13. Son detalles notables en ese capítulo la defensa de la compatibilidad entre piedad y ciencia -«Nihil contemptibilius excogitad potest, et quod ne quidem impugnad mereatur»– en prueba de lo cual remite (I 192 nota) al De studiis monasticis de Mabillon, y su derrote contra los cultivadores sistemáticos de la ignorancia: «Haec loco annotare opus fuit, ut adoles– centes opportune in studiorum suorum exordio sese munire discant: necdum adversus deliros quosdam, qui pugnante ratione, ac praesentis saeculi cultura, scientias exibilare, ac dehones– lare, et ignorantiae apologiam perfricto fronte scribere ausi sunt» (I 194).

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