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DIMENSIÓN CARISMÁTICA DE LA TEOLOGÍA 327 s1c10n teológica bonaventuriana; pero en realidad es indispensable en todo momento, ya que sólo el entendimiento que actúa bajo im– pulso de la «piedad» = «pietate plenus» está en posesión de aquel sentido peculiar del creyente que le permite captar la hondura, armo– nía y valor salvífica de las verdades de la fe. Sólo el amor al Dios en quien se ha creído justifica el hecho de que el creyente busque razones de su fe, sin que esta búsqueda se torne vana curiosidad que desvirtúe la adhesión de la fe.3 7 Cuando el teólogo se ocupa de buscar el sentido religioso, sobre– natural, divino, de las realidades creadas y, sobre todo, cuando quiere lograr el justo medio de su comportamiento respecto del mundo en que vive inmerso, entonces es ayudado por el don de ciencia, por el que se le dota de peculiar sentido para usar de lo creado en orden a Dios. 38 Cuando el hombre creyente intenta ahondar en su propio espíritu, creado .a imagen y semejanza de Dios; o cuando quiere pe– netrar el misterio del Ser divino, entonces es ayudado por el don de entendimiento. 39 Finalmente, ya que el trabajo del teólogo queda obje– tivamente incompleto si no termina en el amor, gusto, experiencia de lo divino, es indispensable que el don de sabiduría lleve a su última perfección el trabajo de investigación y penetración realizado sobre los datos revelados. 40 E) La «revelatio» carismática como elemento del progreso del dogma. - Dejando otros aspectos más periféricos, nos fijamos ya en una teoría bonaventuriana en la que, a nuestro juicio, la influencia de lo carismático en la labor teológica quedaría más de manifiesto. Nos referimos a su doctrina sobre la existencia, a lo largo de la histo– ria de la Iglesia, de nuevas revelaciones (-nova revelatio-) de tipo carismático cuya función sería la de hacer más comprensible, expli- 37. Todo saber que no se ordena al amor de Dios lo llama Buenaventura «turpis curio– sitas», Ex. Iv. nr. 23; V, 478, «quando asentitur propter se rationi, tune aufertur locus fidei, quia in anima hominis dominatur violentia rationis», I S. prooem. q. 2, 6m; I, 11b. Para el arg. «secundum pietatem» en la teología de Buenaventura, ver el clásico estudio de R. GUAR– DINI, Das argumentum ex pietate beif11 bl. Bonaventura und Anselm De:t.ensbeweis, en: Theolo– gie u. Glaube, 14 (1922), pp. 156-165. 38. Sobre el don de ciencia trata expresamente en 3 S. d. 35, a. un. q. 2; III, 775-777. De Donis, IV; V, 473-479. 39. Sobre el don de entendimiento ex professo en 3 S. d. 35, a. un. q, 3; III, 777-779. De Donis, VIII; V, 493-498. 40. Sobre el don de sabiduría, 3 S. d. 35, a. un. q. l; III, 772-775. De Donis, IX; V, 498-503.

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