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322 A. DE VILLALMONTE viene de lo alto. Sin la cual todo conocimiento es vano, pues nadie llega al Verbo sino por el Espíritu Santo. 2 ; D) Presencia de lo carisrnático en la estructura interna de la cien– cia teológica. - Entrando ya en el proceso interno mediante el cual el creyente realiza la tarea de teologar, parece claro que Buenaven– tura no ve cómo pueda llevarse a término semejante proceso sino es bajo el impulso carismático del Espíritu, sintetizado por él, al menos para este caso, en la afirmación de que para llegar a una adecuada y deseable «inteligencia de la Fe» es indispensable la actuación de los dones del Espíritu Santo. No ofrece interés exponer ahora la enseñanza de Buenaventura sobre la teología en cuanto ciencia.2 6 Desde luego, nunca se hace la pregunta expresa sobre si la doctrina sagrada es ciencia, como lo comenzaban a hacer en su tiempo muchos teólogos; si bien usa con relativa frecuencia la palabra «ciencia-scientia» aplicada a la teolo– gía.2; Sin embargo, no hay indicios de que aplicase el concepto aristo– télico de «scientia-epistema» a la reflexión creyente sobre el dato revelado. No hay dificultad para Buenaventura en distinguir neta– mente entre la filosofía y la teología, por el origen, fundamento y finá– lidad de ambos tipos de saber. 23 Indudablemente que el teólogo adopta procedimientos similares a la ciencia humana para profundizar en su objeto por medio del raciocinio, 1~ investigación, la pregunta e indagación. Bajo este aspecto la teología se distinguiría de la Escri– tura, la cual tiene por objeto simplemente lo creíble; mientras que la tarea que realizan los teólogos en sus Comentarios a las Sentencias se refiere a lo creíble, pero en cuanto se nos hace inteligible a través de una actividad racional ejercida sobre ello, buscando razones para comprender lo que la fe nos dice. Pues «lo que creemos lo debemos a la autoridad, lo que entendemos a la razón». 29 25. «Et hic est fructus omnium scientiarum, ut in omnibus aedificetur fides, honorificetur Deus, componantur mores, hauriantur consolationes, quae sunt in unione sponsi et sponsae, quae quidem fit per caritatem, ad quam terminatur tota intentio sacrae Scripturae et per con• sequens omnis illuminatio desursum descendens, et sine qua omnis cognitio vana est, quia mmquam pervenitur ad Filium nisi per Spiritum Sanctum, qui docet nos omnem veritatem». Rede. art. ad Theol., 26; V, 325h. 26. Ver la ob. dt. de T,WARD, Transcíency et Permanence..., espec. pp. 166-173. Los prin– cipales textos de Buenaventura en I S. prooem.; I, 1-15. BREVILOQUIUM, prolog.; V, 201-208; y Brev., I, 1; V, 210. 27. TAYARD, ob. cit., pp. 121-140. San Buenaventura, lug. cit. De Donis Sp. S., IV; V, 473-478. 28. TAVARD, ob. cit., pp; 141-165. San Buenaventura, lug. cit. 29. I S. proeem. q. 2 ad 4m; I, llh. BRI:VILOQUIUM, I, l; V, 201b.

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