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DIMENSIÓN CARISMÁTICA DE LA TEOLOGÍA 319 directa bien perceptible entre la forma vitae de Francisco y la forma mentis de Buenaventura. No hay tema medianamente importante en la teología de Buenaventura que pueda ser tratado y entendido radi– calmente sin el recurso a la influencia que en su génesis y desarrollo ha tenido la experiencia viviente de Francisco y la experiencia espi– ritual misma de Buenaventura como franciscano cumplido, según la intención de san Francisco. 15 Por lo que hace referencia a nuestro tema, perece claro que, al intentar señalar la presencia de lo carismático en la teología bona– venturiana hagamos hincapié en esta dependencia de la reflexión científica sobre la fe realizada por Buenaventura respecto del carisma franciscano que él conocía en Francisco y vivía personalmente. Bue– naventura no sólo reconoció que Francisco era un hombre lleno de los carismas del Espíritu,16 sino que él mismo, como santo franciscano, asimiló vitalmente, por congenialidad, la actitud de Francisco ante la persona de Cristo y su Evangelio. Es el Doctor seráfico. Entre los varios aspectos de las vivencias franciscanas elevadas a tesis teoló– gicas por Buenaventura interesa en este momento subrayar el con– cepto de la misma ciencia sagrada, la finalidad del saber, las relacio– nes entre el saber, la acción y el amor. Francisco no tenía interés por ningún saber humano, ni siquiera por la misma ciencia .teológica, sino en cuanto se ordena a sentir en sí mismo el Espíritu del Señor y su santa operación. 17 B) Condiciones subjetivas para el estudio de la teología. - En re– lación con la afirmación anterior interesa destacar otra característica qe la investigación teológica tal como Buenaventura quiere que se realice. Nos referimos a la convicción, tan segura y reiterada por Buenaventura, de que la inteligencia de la fe está condicionada en su origen, desarrollo y consumación por la situación religioso-moral, por la actitud espiritual del creyente que hace teología; en otras palabras, 15. F. IMLE, Franziskanischer Ordengeist und fram:iskanische Ordenstheologie, en: Franz Stud., 6 (1919), pp. 81-106. W. DETTLOFF, Die Geístigkeít des hl. Franziskus in der Theologie der Fra11ziska11er, en: Wis. Weis., 19 (1956), pp. 197-211. In., Christus te11ens medium in om– nibus. Sin11 und Fu11ctio11 der Theologie bei Bo11ave11tura, en: WW., 1957 (28-42); 120-140. In., Die Franziska11ische Vorentcheidung in theologischen De11ken des hl. Bonave11tura, en: MünchTheolZeitschrift, 13 (1962), pp. 107-115. J. RATZINGER, Die Geschictstheologie des bl. Bonaventura, München-Zürich, 1959; sobre todo en caps. 1, 2 y 3. H. J. KLAUCK, Theorie der Exegese bei Bonaventura, en: S. Bonaventura (1274-1974) (obra conmemorativa del VII Cente– nario) (Grottaferrata-Roma, 1974), IV, pp. 71-128; especialmente pp. 115-122. 16. Como ejemplo de esto, cfr. Legenda Majar, prolg., cap. XI, .X, cap. XII, 7, VIII. 17. Regla, X. Ver también el Testamento sobre la reverencia a los teólogos «que nos administran espíritu y vid¡». Edic. BAC, Madrid, 1945.
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