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244 P. FE LICIA N Q DE V EN TO S A CONCL USION Ya al final de nuestro estudio, tenemos que volver la mirada al camino andado y tratar de leer entre líneas la lección funda– mental que nos ofrecen las actitudes dispares de los defensores de la «vieja» y «nueva» Cristiandad. A lo largo de nuestro estu– dio hemos tomado posición definida ante ellas. Y como se ha po– dido constatar, ninguna de ambas partes nos ha servido de verdad plena, pese a su buen deseo. Los propugnadores de la «vieja» Cristiandad no siempre se han mantenido inmunes de influjo circunstancial de su momento histórico que polarizaba su atención hacia la jerarquía de valores. En ocasiones, como hemos visto, se llegó a rebasar la debida jerar– quización para llegar a cierta absorción del elemento humano en los presuntos derechos divinos. De ahí el supernaturalismo a ultranza que denunciamos con sus exageradas consecuencias en el terreno de los hechos. Por el contrario; los pensadores de la Nueva Cristiandad han acotado certeramente los diversos campos del derecho, cortando radicalmente toda ingerencia del campo eclesiástico en el laico y viceversa. Por ello les debemos quedar agradecidos. Pero nos te– memos que no hayan debidamente jerarquizado estos derechos. Más aún: tan en primer plano han sido puestos los derechos de la libertad de la persona, que es de temer lleguen a comprometer los derechos de Dios y de la verdad 99 • No nos admiremos, con todo, de que esto ocurra en el campo del derecho, pues está pasando lo mismo en todos los demás cam– pos del saber. Es la nota de nuestro momento cultural. Se preci– san los campos, se subraya la pertinencia peculiar que compete a cada realidad; pero la jerarquización y el orden andan muy des– medrados. Ha llegado el momento de aunar lo viejo del ideal jerárquico con lo nuevo de la distinción nítida de los diversos estratos. Así se logrará al ansiada síntesis de lo viejo y lo nuevo. 99 . Serle. ingenuo no advertir en le. actual crisis ideológica en torno a la obediencia monástica una aplicación de los principios filosóficos persono.listas. Pero ello darla mo– tivo a otro estudio. Baste ahora esta liiera referencia.

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