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ALFONSO DE CASTRO 233 Y así, al hablar de la tolerancia como principio del nuevo estado laico-cristiano, se nos recuerda por J. Maritain que santo Tomás enseña: «Ritus infidelium sunt tolerandi» 10 ., y se olvida que el mismo Santo escribe en la cuestión siguiente: «Haeretici statim ex quo de haeresi convincuntur, possunt non solum excommuni– cari, sed et juste occidi». ¿Es que santo Tomás no fué consecuente? Sería de admirar que en dos cuestiones que se siguen en la Summa Theologica y ante preguntas similares: Utrum ritus infidelium sint tolerandi, Utrum haeretici sint tolerandi, haya cambiado de principios. No ; la solución está en que santo Tomás, al examinar el caso de los infieles - judíos, mahometanos, etc. - se encontraba con una situación de hecho que tenía que respetar, dado que nadie debe ser obligado por la fuerza a abrazar la fe , y Cristo mandó predicar a los infieles, pero no violentarlos. Muy otra era la condición social-religiosa del hereje. Este no se encuentra en su vida con una situación dada, sino que intenta crearla con injuria de Dios, escándalo de la sociedad cristiana y traición de la fe prometida. De ahí su enorme culpabilidad, no sólo ante Dios, sino ante la Cristiandad, herida en su base uni– taria. No obstante, aun en este caso el buen sentido del Santo deja entrever circunstancias en que pudieran aconsejar medidas más benévolas contra los herejes. Esto dan a entender las últimas pa– labras con que concluye su razonamiento de la primera de las dos cuestiones citadas: «Etiam haereticorum et paganorum ritus aliquando Ecclesia toleravit quando erat magna infidelium multi– tudo» 71 • Esta diversa situación de los infieles respecto de los herejes merece también la atención de Alfonso de Castro cuando escribe : Si quis numquam fidem Christi suscepit in Baptismo, sicut sunt Judaei, aut Sarraceni, aut Pagani, is certe non est minis, et ter– roribus compellendus ad fidem: quia credere voluntatis est. Si quis vero fidem jam semel in baptismo suscepit, et postea eam deseruit, quemadmodum apostatae et alii haeretici faciunt, is merito compellendus est , ut fidem quam semel suscepit, teneat. Ratio autem huju.s discriminis est : quia jure naturae quisque obligatur, ut quod semel promissit, reddat : et sic ex eodem jure oritur, ut pctestas publica possit illum cogere ad promissa ser– vanda 72 • 70. Summa Theol . II-II, 10, 11 . 71. Summa T heol. II-II, 10, 11. 72. D e i usta haeret. :vun!t... II, 96a
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