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224 ~ FELICIANO DE VENTOSA humanismo cristiano una muy distinta de la teológica. He aquí cómo nos la describe J. Maritain: El punto más importante que deseo destacar aquí, es que esta fe e inspiración, así como el concepto de sí misma que necesita la democracia, son cosas que no pertenecen al orden del credo religioso y la vida eterna, sino al orden temporal o secular de la vida terrena, de la cultura y civilización. La fe en cuestión es una fe cívica o secular, que no religiosa 53 • Nos parece asistir, al leer estas palabras, al nacimiento, dentro del catolicismo, de una fe laica, de una moral laica, de unas estruc– turas sociales laicas, aunque, eso sí, ordenadas al establecimiento del reino de Dios que de ahora en adelante se realizará en las almas, pero no en la vida social-política. Nace el Estado laico– cristiano como unidad suprema sobre las demás estructuras so– ciales. 4. Este concepto de Estado laico-cristiano como único sentido de unidad posible en las nuevas sociedades no solamente no se rehuye por la Nueva Cristiandad sino que paladinamente se pro– clama como el Estado del futuro. Cuán lejos nos hallamos de la antigua corriente teológica, no arrumbada por los ataques de los defensores de la Nueva Cris– tiandad, lo ha puesto bíen de relieve C. Santamaría en el resumen certero que sobre este problema propuso en las Conversaciones Católicas Internacionales de San Sebastián: Deux conceptions politico-religieuses de l'Etat attirent l'atten– tion des catholiques de notre temps. Une assez vivante discussion s'est entamée et se prolonge a travers les livres et les revues, entre les partisans de l'Etat confessionel catholique d'un cote et ceux de l'Etat d'inspiration chrétienne de l'autre. (En nota ex– plica: l'Etat d'inspiration chrétienne serait un Etat la'ic mais pas la'icisant). Quelle est la plus désirable de ces deux formules au point de vue de l'Eglise? La question se pose «hic et nunc», devant des situations concretes; mais on la pose aussi - et voici ou l'affaire commence a etre plus délicate - sur la terrain des prin– cipe, : il ne s'agirait done pas d'enoncer une simple question de prudence politique, mais de refaire la doctrine classique dans un cacre mieux adapté aux temps présens 54 • Estas líneas nada dejan que desear en lo que toca a claridad y precisión. Al menos en su trayectoria filosófica, ya sabemos 53. El hombre !J el Estado .. . 131. 54. Autour de l'état idéal, en «Documentos», n.10,p .77-78.

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