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210 P. FE LICIA NO DE VEN TOS A la Humanidad de la Edad Media levantó las Catedrales, realizó las Summas, emprendió las Cruzadas e hizo progresar el Evange– lio, tanto en el espacio como en las conciencias; si la Iglesia de Cristo vió llegar su poder hacia una cima jamás superada, si fué el pedagogo del pensamiento, fué porque los seres vivos de aquel tiempo previeron con todas sus fuerzas que cabía realizar un Cris– tianismo encarnado, cuyos principios se fundirían con las institu– ciones, en el cual las jerarquías sobrenaturales se corresponderían con las de la vida social y política, y en el que la raza de los bautizados, consciente de su unidad, asumiría las responsabilidades que le imponían sus creencias. En resumen, porque la Ciudad de la tierra debía ser una prefiguración de la Ciudad de Dios iG. Ante estas líneas, desde las que se otea el grandioso panorama de la VIEJA CRISTIANDAD MEDIEVAL, prospectemos los nuevos hori– zontes laico-cristianos que nos deja entrever J. Maritain: Creemos que el ideal histórico de una nueva Cristiandad, de un nuevo régimen temporal cristiano, aun fundándose en los mis– mos principios (de aplicación analógica) que el de la Cristiandad medieval, implica una concepción profano-cristiana - y no sacro– cristiana - de lo temporal. .. Una nueva Cristiandad en las condi– ciones de la edad histórica en que entramos y encarnando los mis– mos principios (analógicos) que la Cristiandad medieval, ¿debe ser concebible según un tipo esencialmente (específicamente) distinto del mundo medieval? Contestamos afirmativamente a esta cuestión. Pensamos que una nueva edad del mundo permitirá que los prin– cipios de toda civilización vitalmente cristiana se realicen según una nueva analogía concreta 17 • Ya tenemos aquí a la «vieja» y a la «nueva» Cristiandad pros– pectada en síntesis. Detengámonos primeramente en analizar los principios e ideales de la primera de las dos concepciones. l. PRINCIPIOS E IDEALES DE LA «VIEJA» CRISTIANDAD l. En el texto que poco ha hemos citado, de Daniel-Rops, se afirma que hubo un momento histórico en que el Cristianismo llegó a encarnarse en las diversas estructuras sociales y hasta los mismos resortes del poder público se sintieron movidos por el ideal evangélico. No siempre fué así. El Cristianismo conoció tres siglos de persecución y ostracismo. Otros ocho de lucha y doma 16. .La Ialesia de la Catedral v de la Cruzada (Barcelona, 1956), 739. 17. Humanismo tntearal... 177.

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