BCCCAP00000000000000000000649

LA FILOSOFÍA DE FRANCISCO DE VILLALPANDO EN CATALUÑA 375 en la parte que le toca, se lo participo de acuerdo del Consejo: y del recibo de ésta me dará aviso para ponerlo en su superior noticia». El auto del mismo subrayaba la particular incumbencia que recaía sobre la universidad de Salamanca en este asunto, por haberse comprometido solemnemente a dotar a la nación de un Curso filosófico digno de ambas. Y mandaba por ello se le pasara un aviso especial. 2. LA FILOSOFÍA DE Vn,LALP.\NDO EN LA UNTVERSIDAD DE CERVFRA 2.1. Acogida del Curso c1z Ccrvera (1779) Aunque no estuvo exento de fuerte oposición a cargo del bando peripatético, sobre todo en sus comienzos, fue en esta universidad donde más firme y durablemcnte arraigó el efecto de la R. C. O. de 26 de noviembre de 1779, en favor del Curso nacional de Filosofía. Entre todas sus congéneres ofrecía la academia cervariense proba– blemente el terreno más a propósito para la recepción de aquel texto. Ello era debido tanto al espíritu de sumisión a la voluntad de la Corona borbónica, su creadorn, como al de apertura a la ciencia y filosofía modernas, dneñas allí de una apreciable tradición. El 13 de diciembre de l 779 mandaba el cancelario Francisco Fuertes Piquer pregonar a S'.l bedel la convocatoria de un claustro pleno para el día siguiente, reclam:1ndo la presencia, sub poena pracstiti, muy especblmente de los catedráticos de Artes, «para que se enteren de lo que se manda». Acudieron a la cita, cnrre otros, los dos personificadores de la facción tomista: los Padres Vaquer y Sebastián Prats; y también los profesores Riera, Magín, Oms, F. Torres, Cortadellas, Sellarés, Dou ... El cancelario informó del asunto, y el 15 notificaba al Consejo lo acordado, a saber: que «aunque en esta universidad estaba intro– ducida la filosofía moderna _v experimental, y algunos de su<; profe– sores arreglaban su dictado a las Instituciones de Jacquier, sin em– bargo, en atención a ser Villalpando autor nacional, y haber merecido la aprobación del Consejo, había escogido el claustro para la pública enseñanza el Curso de este autor, dando al mismo tiempo facultad a cualquiera de los profesores de filosofía para que desde luego, si fuese practicable, lo expicase a sus discípulos, haciéndoselo apren– der en lugar de los dictados manuscritos». 7 7. A.V.E., ms. 70: Libro de Claustros del Año y Curso 1779 en 1780, ff. 44 y 55.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz