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LA FILOSOFÍA DE FRA!>.CISCO DE VlLLALPANDO EN CATALUÑA 385 ecléctica, y sobre todo, la impostación de la filosofía moderna, con su abultado bagaje de física, en la universidad española. 18 3. LAS ESCUELAS CATALANAS DE VILLALPANDO 3.1. Una doble tradición mmzuscrita de Villalpando en Cataluña Entre los fondos manuscritos de las principales bibliotecas de Barcelona aparecen hoy numerosos textos en los que se contiene, entera o en alguna de sus partes, la Philosophia del padre Francisco de Villalpando. Por su riqueza en tales códices destacan las biblio– tecas de la Universidad, de la Diputación y del Seminario Conciliar. Los catálogos de estos centros dan en algún caso identificada la pa– ternidad o la filiación de esos manuscritos. En otros, no. La filosofía en ellos profesada no suele ceñirse servilmente en todo momento a la obra del capuchino castellano, la cual es, sin em– bargo, su base y línea general de orientación. Tanto la procedencia de esos manuscritos como, sobre todo, su grado de fidelidad al maestro común, nos permiten establecer una doble escuela filosófica de Villalpando en aquella región universitaria y temperamental española donde más arraigó en hondura, amplitud y duración. Más que un estudio exhaustivo del tema, ofrecemos en el presen– te apartado una incursión de escarceo sobre el mismo. Las dos escuelas indicadas podrían Jenominarse «regular» la pri– mera, por haber sido sostenida por individuos de una Orden reli– giosa, y «secular» la segunda, por haber sido obra de la universidad de Cervera. La surgencia de ambas tradiciones manuscritas obedeció a moti– vos similares: aparte de una mayor apertura a la ciencia y filosofía modernas en el Principado, la notable docilidad a las Ordenes del Consejo de Castilla de que dieron prueba los capuchinos catalanes y la universidad cervariense, aceptando el texto filosófico de Villal– pando inmediatamente y manteniéndolo como tal hasta fin de siglo y, desde otro punto de vista, la escasez de ejemplares del original. Entre los capuchinos ésta fue crónica. En la universidad, sobrevino 18. Se trata de un documento que ponía punto final a una etapa en la historia de la filosofía moderna en España, la «etapa Villalpando» (1779-1802). Cf. A.U.B., caja 61 de docu– mentos manuscritos).